En España ocurren cosas inexplicables. Los expedientes X de la
política se acumulan. La hasta ahora intocable Constitución, ejemplo de
consenso para sus impulsores, se rompe en beneficio de un pacto artero
entre el PSOE y el PP con la complicidad de Unión del Pueblo Navarro.
Los mismos partidos que hasta hace unos días se negaban a modificar la
ley sálica que impide el acceso de una mujer al trono de España, hoy, de
prisa y corriendo, chapucera y dejando fuera a 75 por ciento de los
partidos con representación parlamentaria, modifican su artículo 135,
cuya nueva redacción pone límite a la capacidad de endeudamiento
público, bajo el paraguas de conseguir la estabilidad presupuestaria.
Según sus promotores, se hace para sanear la economía, disminuir el
déficit fiscal y tranquilizar a los mercados. Dicen, es el principio de
solución a la crisis y el nacimiento de una nueva era de progreso y
crecimiento económico para España. ¡Vamos! La panacea. Y si no lo es,
seguro nos pone en el buen camino.
Era una decisión difícil, pero había que ser responsables con los
banqueros, el capital financiero y las trasnacionales. Ellos se lo
agradecen y nunca olvidarán el detalle. Además no hay motivo para el
pesimismo. La población no verá disminuir las prestaciones sociales.
Quienes lo plantean buscan sembrar el desconcierto. Los ciudadanos
estarán a cubierto. Los recortes presupuestarios, anunciados por
agoreros y mal intencionados en sanidad, educación, vivienda social o
infraestructuras, son parte de una campaña de intoxicación mediática de
izquierdistas y los indignados del 15-M. No hay motivo de alarma. Los
cerebros grises de la reforma son unos magos de las finanzas, y no
debemos dudar de su palabra, recordemos que hablamos de honorables
parlamentarios entre los cuales se encuentra el jefe de la oposición y
mismísimo presidente Rodríguez Zapatero con sus ministros.
Fue una imagen obscena ver en el Congreso, minutos antes de la
votación, los corrillos formados por los gerifaltes del PSOE y PP
intentando conseguir el voto del grupo parlamentario catalán. Les
prometieron el oro y el moro y sólo el veto de IU, a la transicional
propuesta por los catalanes, frenó el acuerdo de marras. Ahora, el
culpable del desaguisado es Gaspar Llamazares. por su culpa no se pudo
maquillar la felonía. A pesar de todo, ellos tienen la razón y han dicho
la verdad. Son gente de palabra. Lo que no sabemos es ¿cuál palabra? La
dada hace un año, un mes, una semana, unos días, ayer, hoy mismo. No
importa siempre se desdicen. Donde dije digo, digo Diego. No hace falta
ser muy avispado para saber que la violarán en cuanto puedan.
Si antes del acuerdo se puso en marcha el plan de estabilidad
presupuestaria en las autonomías gobernada por el PP y la derecha
catalana, ahora se encuentran legitimados para continuar el camino. En
Castilla la Mancha, los recortes para 2012 llegan a 20 por ciento del
presupuesto y afectan a todo el sistema básico de prestaciones sociales.
En Cataluña, y bajo el pretexto de sanear la hacienda pública, el
gobierno de Convergencia y Unión ha clausurado, sólo en Tarragona, el
servicio de urgencia nocturno de 54 centros de salud, al tiempo que
cierra definitivamente otros 60 centros de salud diurnos. ¡Por suerte no
se tocaría la sanidad pública! Palabra dada en la campaña electoral. En
Madrid, el PP despide a más de mil profesores interinos y obliga a
dictar dos horas más de clase por docente, incrementando, al mismo
tiempo, la ratio profesor alumno y eliminando horas de atención al
alumno y tutorías con los padres. Eso sí, la presidenta de la Comunidad,
Esperanza Aguirre, del PP, en un acto de felonía, declara que los
maestros trabajan menos que cualquier otro trabajador de la comunidad,
enfrentando a los profesores con la opinión pública y confundiendo
deliberadamente horas de docencia con jornada laboral, cifrada para el
colectivo en 37 horas y media. Los recortes no son pocos. En los
ayuntamientos desaparecen actividades que eran una factor de cohesión
social. Son los cursos de fotografía, pintura, gimnasia rítmica,
cerámica, idiomas, yoga o visitas guiadas para la tercera edad, entre
otras. También se limitan los gastos para remozar las instalaciones, con
el consiguiente deterioro en el medio y largo plazo. Se despiden a
conserjes, vigilantes y tutores. Igualmente se recortan los horarios de
atención al público en las bibliotecas municipales. Suma y sigue. En
sanidad se privatiza y cierran centros de salud comunitarios. El
tijeretazo en las subvenciones a centros que luchan contra la
drogadicción, la violencia juvenil y de género supone echar cerrojo al
cierre de muchas instituciones que realizaban una labor social que hoy
queda al pairo. Se venden inmuebles y se externalizan los servicios
esenciales. Y en las ofertas de empleo público, se decide postergar su
convocatoria sine die. Menos médicos, enfermeras, celadores,
administrativos, profesores. En contrapartida los sueldos y salarios de
los trabajadores se congelan como una medida solidaria para pagar los
excesos de los mercados.
Si realmente esta reforma marca un hito en nuestra democracia social
de mercado por qué no convocan un referendo. ¿No sería mejor contar con
la aprobación del pueblo para una reforma de tan hondo calado? Inclusive
podría no ser vinculante. Seguro que los partidarios del sí tendrían
garantizado el triunfo. ¿Acaso sus impulsores no controlan más de 70 por
ciento de los votos? Ganarían por goleada. Sin embargo se niegan.
¿Tienen miedo? Gaspar Llamazares califica de escándalo no haber debatido
en la Cámara la conveniencia o no de hacer un referendo.
La involución política está en marcha. El PP, seguramente, ganará las
próximas elecciones generales a celebrarse el 20 de noviembre. Sin
mancharse las manos de sangre, con el cadáver del Estado del Bienestar
en cuerpo presente, tendrá vía libre para seguir esta senda abierta por
el PSOE. Allanado el camino, el gobierno de Rodríguez Zapatero y sus
diputados serán recordados como los sepultureros de la democracia. El
golpe de mercado se ha consumado.
Marcos Roitman Rosenmann – Consejo Científico de ATTAC España.
La Jornada
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