martes, 31 de enero de 2012

Este barco capitalista se hunde

En El desprecio como destino nuestro entrañable escritor Eduardo Galeano puso en negro sobre blanco: Como Dios, el capitalismo tiene la mejor opinión sobre sí mismo, y no duda de su propia eternidad. Es posible que el capitalismo del que habla Galeano empiece a asumir otro punto de vista, si nos atenemos al documento Global Risks Report 2011 encargado por la élite mundial que se reunió en Davos, que bien podría subtitularse Las cosas duran hasta que se acaban. Esa es quizá la principal conclusión del reporte: en breve, advierten que el derrame de la actual crisis financiera agotó la capacidad del mundo para hacer frente a nuevas crisis.
 
Concluyen también que la gravedad y la profundidad de los riesgos para la estabilidad mundial se han vuelto más frecuentes, mientras que resulta evidente que la idoneidad de los sistemas de gobernanza (?) para enfrentar tales problemas ha periclitado. El sinceramiento es impresionante.

Como era de esperarse, las élites llegaron a Davos, cada una con su propio discurso, a decir a las demás qué debían hacer, y regresaron a sus lares con el mismo discurso con que llegaron; no pueden asumir que todos vamos en el mismo barco. Dilma Rousseff dijo: prefiero asistir a Porto Alegre, un foro creado como alternativa a la política capitalista de los banqueros del mundo.

Todos reconocen que navegamos en el mismo barco: George Osborne, responsable de la Hacienda de Cameron, dijo en Davos al referirse a Grecia (0.028 por ciento del PIB de la eurozona, en 2010): La cola mueve al perro. Grecia tiene en jaque, dadas las articulaciones financieras internacionales, a la poderosa Alemania y a la eurozona como conjunto. Y más allá, la eurozona (20.5 por ciento del PIB mundial en 2010), hizo exclamar a Donald Tsang, jefe del gobierno autónomo de Hong Kong: Nunca había tenido tanto miedo como ahora como efecto de lo que está pasando en la eurozona.

Los sistemas de libertinaje financiero del siglo XX y primera década del XXI están diseñados para que los banqueros repleten de ganancias sus alforjas. Todos parecen saberlo, pero no tienen un acuerdo para someterlos al orden y ponerlos al servicio de la economía productiva.

El director general del propio foro de Davos, Robert Greenhill, mira, impotente, el caos: La interconexión y la complejidad de las cuestiones significa que las consecuencias no intencionales [los cisnes negros del capitalismo occidental] abundan, y los mecanismos tradicionales de respuesta a esos riesgos simplemente transfieren el riesgo a otros grupos de interés o a partes de la sociedad.

Con todo, en Davos aparecieron unos aliens en la primera sesión formal de sus actividades. Cinco ponentes que representan a cinco países que, sumados, tienen más de 200 millones de habitantes, con economías en crecimiento constante durante toda la década pasada y un potencial de transformación económica y social que escapa a la imaginación de gringos y europeos.

La región donde se encuentran estos cinco países, que mandaron a tres presidentes y dos primeros ministros a Davos, es la segunda región de mayor crecimiento económico del mundo, una zona emergente que atrae inversiones de las grandes potencias inversoras, aunque no tiene aún ninguna visibilidad y traducción en influencia política. Las oportunidades de crecimiento que hay allí son inusitadas, pues está experimentando el mayor crecimiento urbano de toda su historia, con la aparición de unas extensas e incipientes clases medias urbanas emergentes. Cuentan con una extensa población muy joven, un don invaluable que puede tener cualquier país si sabe aprovecharlo mediante una educación extensa, profunda, educada desde el principio en el pensamiento complejo.

Hacia estos países de enorme oferta de mano de obra se puede conducir la próxima oleada de deslocalizaciones, una vez se encarezcan los sueldos en Asia. Aunque sufren dificultades de corrupción e inseguridad, también están mejorando la gobernanza económica, así como unas políticas monetarias y fiscales hasta hace poco inexistentes. Todo es aún, claro, muy incipiente.

Estos cinco hombres se plantaron convencidos de que en sus manos están cinco países que serán parte de una nueva geografía económica que definirá el siglo XXI, donde todo o casi todo está por hacerse en infraestructuras de todo tipo, carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos o redes eléctricas. Esto es así por el enorme caudal de materias primas que tiene escondido en su suelo, origen del caudal de riqueza de los últimos diez años, cuando la globalización y el incremento del consumo mundial ha hecho explotar su potencial comercial y también los pecios.

Uno de ellos cree que deben buscar el ejemplo de la Unión Europea, que partió de la Comunidad del Carbón y del Acero, para construir también paso a paso la unidad de su continente a partir de un mercado común de la energía y de las infraestructuras. También hay que romper las barreras del comercio y eliminar las fronteras. Hay que cambiar hábitos culturales y acostumbrarse a las tecnologías.

Esto es África y entre los cinco países representados hay de todo, en ingresos, en democracia y en crecimiento: Guinea, Tanzania, Kenia, Etiopía y Sudáfrica. Detrás está, en gran medida, China. El barco capitalista occidental, se hunde.


José Blanco
La Jornada
 

lunes, 30 de enero de 2012

Foro Social Temático. (Portoalegre). Declaración de la Asamblea de los Movimientos Sociales

El Foro Social Temático (FST) terminó ayer en Porto Alegre y ha supuesto el pistoletazo de salida de una gran movilización global que debe desembocar en la Cumbre de los Pueblos, a celebrarse de forma paralela a la reunión oficial de Río +20. La Asamblea de Movimientos Sociales emitió su comunicado en el FST. Reproducimos íntegra esta contundente declaración de intenciones.

Nosotros, pueblos de todos los continentes, reunidos en la Asamblea de movimientos sociales durante el Foro Social temático Crisis capitalista, Justicia social y ambiental, luchamos contra las causas de una crisis sistémica que se expresa en una crisis económica, financiera, política, alimentaria y ambiental, colocando en riesgo la propia sobrevivencia de la humanidad. La descolonización de los pueblos oprimidos y el enfrentamiento al imperialismo es el principal desafío de los movimientos sociales de todo el mundo. En este espacio nos reunimos desde nuestra diversidad, para construir juntos agendas y acciones comunes contra el capitalismo, el patriarcado, el racismo y todo tipo de discriminación y explotación. Por eso, reafirmamos nuestros ejes comunes de lucha, adoptados en nuestra Asamblea en Dakar, en 2011.

Lucha contra las transnacionales Lucha por la justicia climática y por la soberanía alimentaria Lucha por la eliminación de la violencia a la mujer Lucha por la paz, contra la guerra, el colonialismo, las ocupaciones y la militarización de nuestros territorios

Los pueblos de todo el mundo sufren hoy los efectos del agravamiento de una profunda crisis del capitalismo, en la cual sus agentes (bancos, transnacionales, conglomerados mediáticos, instituciones internacionales y gobiernos a su servicio) buscan potenciar sus beneficios a costa de una política intervencionista y neocolonialista. Guerras, ocupaciones militares, tratados neoliberales de libre comercio y “medidas de austeridad” expresadas en paquetes económicos que privatizan bienes, rebajan salarios, reducen derechos, multiplican el desempleo y explotan recursos naturales. Estas políticas afectan con intensidad a los países más ricos del Norte, aumentan las migraciones, los desplazamientos forzados, los desalojos, el endeudamiento, y las desigualdades sociales.

La lógica excluyente de este modelo sirve solamente para enriquecer a una pequeña élite, tanto en los países del Norte como en los del Sur, en detrimento de la gran mayoría de la población. La defensa de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, la justicia económica, ambiental y de género, son la llave para el enfrentamiento y la superación de la crisis, fortaleciendo el protagonismo de un Estado libre de las corporaciones y al servicio de los pueblos. 

El calentamiento global es el resultado del sistema capitalista de producción distribución y consumo. Las transnacionales, las instituciones financieras, los gobiernos y organismos internacionales a su servicio, no quieren reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Ahora intentan imponernos la “economía verde” como solución para la crisis ambiental y alimentaria, lo que además de agravar el problema, resulta en la mercantilización, privatización y financiarización de la vida. Rechazamos todas las falsas soluciones para esas crisis, como los agro-combustibles transgénicos, la geo-ingeniería y los mercados de carbono, que son nuevos disfraces del sistema. 

La realización de Río+20, en el mes de junio en Río de Janeiro, pasados 20 años de la Eco ’92, refuerza la centralidad de la lucha por justicia ambiental en oposición al modelo de desarrollo capitalista. El intento de “enverdecimiento” del capitalismo, acompañado por la imposición de nuevos instrumentos de la “economía verde”, es una alerta para que los movimientos sociales reforcemos la resistencia y asumamos el protagonismo en la construcción de verdaderas alternativas a la crisis.

Denunciamos la violencia contra la mujer ejercida regularmente como herramienta de control de sus vidas y sus cuerpos. Además, el aumento de la explotación de su trabajo para atenuar los impactos de la crisis y mantener el margen de ganancia constante de las empresas. Luchamos contra el tráfico de mujeres y de niños, las relaciones forzadas y el prejuicio racial. Defendemos la diversidad sexual, el derecho a la autodeterminación de género y luchamos contra la homofobia y la violencia sexista. 

Las potencias imperialistas utilizan bases militares extranjeras para fomentar conflictos, controlar y saquear los recursos naturales y promover dictaduras en varios países. Denunciamos el falso discurso en defensa de los derechos humanos, que muchas veces justifica las ocupaciones militares. Nos manifestamos contra la permanente violación de los derechos humanos y democráticos en Honduras, especialmente en el Bajo Aguán, el asesinato de sindicalistas y luchadores sociales en Colombia y el criminal bloqueo a Cuba que completa 50 años. Luchamos por la liberación de los 5 cubanos presos ilegalmente en los Estados Unidos, la ocupación ilegal de las Islas Malvinas por Inglaterra, las torturas y las ocupaciones militares promovidas por los Estados Unidos y la OTAN en Libia y Afganistán. 

Denunciamos el proceso de neo-colonización y militarización que vive el continente africano y la presencia de la Africom. Nuestra lucha es también por la eliminación de todas las armas nucleares y contra la OTAN.
Expresamos nuestra solidaridad con las luchas de los pueblos del mundo contra la lógica depredadora y neocolonial de las industrias extractivas y mineras transnacionales, en particular, con la lucha del pueblo de Famatina en Argentina, y denunciamos la criminalización de los movimientos sociales.

El capitalismo destruyó la vida de las personas. Por eso, cada día nacen múltiples luchas por justicia social para eliminar los efectos dejados por el colonialismo y para que todos y todas tengamos una calidad de vida digna. Cada una de estas luchas implica una batalla de ideas que hace imprescindible acciones por la democratización de los medios de comunicación, controlados hoy por grandes conglomerados, y contra el control privado de la propiedad intelectual. Al mismo tiempo exige el desarrollo de una comunicación independiente que acompañe estratégicamente nuestros procesos.

Comprometidos con nuestras luchas históricas, defendemos el trabajo decente y la reforma agraria como único camino para impulsar la economía familiar, campesina e indígena, y un paso central para alcanzar la soberanía alimentaria y la justicia ambiental. Reafirmamos nuestro compromiso con la lucha por la reforma urbana como instrumento fundamental en la construcción de ciudades justas y con espacios participativos y democráticos. Defendemos la construcción de otra integración, fundamentada en la lógica de la solidaridad, y el fortalecimiento de procesos como la UNASUR y la ALBA.

La lucha por el fortalecimiento de la educación, ciencia y tecnologías públicas al servicio de los pueblos, así como la defensa de los saberes tradicionales, se vuelven urgentes una vez que persiste su mercantilización y privatización. Manifestamos nuestra solidaridad y apoyo a los estudiantes chilenos, colombianos portorriqueños y de todo el mundo, que continúan en marcha en la defensa de estos bienes comunes. 

Afirmamos que los pueblos no deben continuar pagando por esta crisis y que no hay salida dentro del sistema capitalista. Se encuentran en la agenda grandes desafíos que exigen que articulemos nuestras luchas y que movilicemos masivamente. Inspirados en la historia de nuestras luchas y en la fuerza renovadora de movimientos como la Primavera Árabe, Ocuppy Wall Street, los indignados y la lucha de los estudiantes chilenos, la Asamblea de los Movimientos Sociales convoca a las fuerzas y actores populares de todos los países a desarrollar acciones de movilización coordinadas a nivel mundial. Debemos contribuir a la emancipación y auto-determinación de nuestros pueblos, reforzando la lucha contra el capitalismo. 

Convocamos a todas y todos a fortalecer el Encuentro internacional de derechos humanos en Solidaridad con Honduras y a construir el Foro social Palestina Libre, reforzando el Movimiento global de boicot, desinversiones y sanciones contra el Estado de Israel y su política de apartheid contra el pueblo palestino. 

Tomemos las calles a partir del día 5 de junio en una gran jornada de movilización global contra el capitalismo. Convocamos a impulsar la Cumbre de los Pueblos por justicia social y ambiental, contra la mercantilización de la vida y en defensa de los bienes comunes, frente a la Rio+20.
¡Si el presente es de lucha el futuro es nuestro!

Porto Alegre, 28 de enero de 2012
Asamblea de los Movimientos Sociales
http://otramerica.com/radar/declaracion-de-la-asamblea-de-los-movimientos-sociales/1414

domingo, 29 de enero de 2012

Davos: la hoguera de las vanidades

El Foro Económico de Davos es un espectáculo elitista, inmoral e indigno ante una sociedad global perpleja e indignada.

El Foro Económico de Davos, reunido en esa bonita ciudad suiza, es un ejercicio más de la prepotente soberbia económica y financiera que domina al mundo. Banqueros, ejecutivos de multinacionales como Nike, Nestlé, Novartis, Coca Cola, y algunos políticos que, en la búsqueda de su interés personal, intentan renovarse a sí mismos y a las empresas en las que participan. Representan a esa quintaesencia del capitalismo. Los poderosos, los influyentes del planeta, los que mandan, esa gente 'guapa' de la política, la economía, la banca e, inclusive, del espectáculo.

Toda reunión que se precie debe tener un lema, y el de esta es: "Davos 2012: creando nuevos modelos". La gran transformación del propio sistema capitalista. Algunas conferencias tienen títulos provocadores: "Fixing capitalismo" o "Remodelling capitalismo". Se reúnen para dar al mundo sus recetas para salir de esa misma recesión económica que ellos, los "profetas de accidente", se han encargado en provocar. Es como esa misericordia de la nobleza ilustrada del XVIII que daba limosna y creaba hospicios para esos pobres que ellos mismos habían creado.

Y cómo no, abre la cumbre Ángela Merkel, esa guardiana de las esencias y líder de un país que, como Alemania, ha pasado de ser el eje histórico del sentido último del proceso de integración, impulso y motor europeísta, a ese país áspero, pragmático en exceso, solo preocupado en el interés nacional y que, por la vía de los hechos y de sus palabras, cae en esa clasificación de los Estados europeos en dos ligas: la liga a), la de los fiables y cumplidores Estados del centro y norte y, por otro lado, la liga b: la de los derrochadores, vagos e incumplidos del sur: Grecia, Portugal, Italia, parece que también España, y los menos afortunados dentro de los sajones que son los irlandeses.

Para la canciller alemana, Europa tiene que estar "más unida", evolucionar más a una centralización política y económica en Bruselas. Es una condición sine qua non para salvar el euro y encontrar la salida de la crisis. Esto, que puede parecer prometedor, no lo será tanto para Grecia, país del que se está estudiando (en reuniones discretas) la manera más sencilla de mostrarle el camino de salida de la eurozona. Merkel, en la jornada de apertura, manifestó que Europa no ha entendido todavía la crisis del 2008 y debe hacerlo ahora. Para ello propone transferir todo el poder de decisión posible a los organismos europeos, tanto políticos como económicos. A los empresarios y al sector privado de la economía, les pide libertad de acción para la salida de la crisis y se muestra totalmente contraria a que Alemania participe en la ampliación del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, tiene la opinión contraria. Francia empieza a ser reticente y a sentirse incómoda con la intransigente canciller.


No sabemos muy bien a dónde se dirige Alemania, pero desde luego no hacia la salvación del euro. Su postura es semejante a la de un grupo de personas que van remando todos en una dirección, y en el lado opuesto hay otra que rema en dirección contraria, y eso no es justo ni recomendable. No es bueno para el proyecto europeo el retorno de Atenas al dracma, ni tampoco el de Alemania al marco, porque sería no solo el fracaso económico y monetario de la Europa integrada, sino principalmente un irreparable descalabro político.


Davos, un espectáculo elitista, inmoral e indigno ante una sociedad global perpleja e indignada, que tiene que pagar una alta factura social, laboral, personal y familiar en tantas regiones del planeta, y por si fuera poco, tiene que aguantar los consejos de personajes tan imbuidos del nuevo requeteneoliberalismo al uso, liberalismo al cuadrado, le llamaríamos liberalismo especulativo, como David Cameron, ese ejemplo de entrega a la construcción europea de un país como Gran Bretaña que no solo no participa en el Euro, sino que veta la última reforma del Tratado y ha sido siempre ese obstáculo permanente en cualquier avance del proceso de integración, y que se permite el lujo de opinar y dar consejos a unos socios europeos, los del sur, que son valorados por algunos medios británicos como los Pig (cerdos en inglés) de Europa.


Y como comparsa de los actores principales, algunos "teloneros" destacados: uno de ellos, los representantes españoles con el nuevo ministro de Economía y Competitividad Luis de Guindos al frente, por cierto, exdirectivo de Lehman Brothers, que fue la principal responsable de esta debacle.
Pero toda esta hoguera de las vanidades, reunida en ese pueblo de la alta montaña suiza, debería tener presente cuestiones como el papel de China, que sigue comprando deuda norteamericana; de los BRICS y desea participar con una mayor aportación en el FMI, pero a cambio de más poder de decisión. Sin embargo, por encima de todo el problema de la globalidad de la crisis y el efecto social demoledor para demasiada gente en el mundo que no conoce otra realidad que la crisis permanente que es su propia existencia. En definitiva, que el mundo está cambiando y el sistema capitalista se encuentra en una encrucijada: cuidado con los procesos revolucionarios cuando tanta gente se ve sin futuro, ni esperanza: eso y no otra cosa deberían tener presente esta gente guapa que no representa a nadie, excepto a sí mismos.

* Presidente y consejero económico del Instituto de Altos Estudios Europeos, IAEE.

Gustavo Palomares y José Antonio Martínez

El Tiempo.com
http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/otroscolumnistas/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-11015744.html

sábado, 28 de enero de 2012

Los debates en los Foros mundiales

Es un hecho desde el 2001 la confrontación anual de dos lógicas de análisis de la realidad económica mundial. Hace más de 10 años que surgió el Foro Social Mundial (FSM), en paralelo y en réplica al Foro Económico Mundial (FEM), surgido en 1971, hace 40 años. 

Uno expresa el debate de la élite mundial, con más del doble de guardias que los custodian de la resistencia popular que rodea los cónclaves del poder. El otro, desde la autogestión, convoca a decenas de miles que desde la subalternidad debaten y construyen una búsqueda por organizar alternativas al orden vigente.

En ambos se procesan interrogantes, dudas y controversias. Unos por restablecer el orden capitalista y por ende la ganancia, el crecimiento y el consenso social de que otro mundo es imposible. Ese es el razonamiento que los lleva a discutir el capitalismo en el Siglo XXI. En los otros, la búsqueda se empecina en darle carnadura y visibilidad a “otro” orden económico, social, político y cultural para transformar la realidad. Es una mirada desde los de abajo, sin edulcorarla, puesto que los debates apuntan a rumbos a veces contrapuestos, sin síntesis superadoras en la experiencia del decenio transcurrido.

Lo concreto es la continuidad por una década de un debate en contraposición, manifestando la existencia de sujetos en pugna y de proyectos en discusión en uno y otro de los Foros, dando cuenta de un tiempo de crisis que anima una agenda que puede construir nuestro futuro, en el sentido que propone el frío de Davos, o en la calidez de Porto Alegre.

El Foro de Davos, el Foro del poder mundial
Las motivaciones del FEM aludían a la necesidad de los capitales más concentrados, en pleno despliegue de la crisis capitalista de esos años, manifestada como crisis monetaria, energética, ecológica; importante recesión, inflación, con reducción de las ganancias, e importante poder de los trabajadores, con un difundido imaginario por el socialismo y el cambio social anticapitalista. A comienzos de los setentas hacía falta renovar el discurso del poder económico y contrarrestar la hegemonía del orden “keynesiano” emergente a la salida de la segunda posguerra y que fuera la fundamentación teórica de los 30 años gloriosos entre 1945 y 1975. 

En 1971, en Davos, Suiza, se concentraron propietarios, ejecutivos, gerentes, jefes de Estados e intelectuales orgánicos del poder para discutir el programa necesario para reinstalar el orden económico y social bajo el paradigma del libre comercio, que había sido soterrado por la bipolaridad de un desarrollo capitalista de Estado del Bienestar y el intento de organización socialista en el Este de Europa y otras latitudes del planeta (China, Cuba, Viet-Nam). Ese programa fue ensayado en Chile y en las dictaduras del terrorismo de Estado del Cono Sur americano, para instalarse en el Norte desarrollado con la restauración conservadora con Margaret Thatcher en 1979 y con Ronald Reagan en 1980, en Inglaterra y EEUU respectivamente. 

Esa fue la plataforma de lanzamiento de la política neoliberal que una y otra vez fue discutida por 40 años en Davos y que sirvió de inspiración para políticas globales aplicadas por gobiernos nacionales y supervisados por organismos supranacionales, todos bajo el interés de los capitales transnacionales; todos los cuales se han constituidos en sujetos históricos de este tiempo del capitalismo. El debate inicial sirvió para construir la realidad de las décadas transcurridas, y el resultado es el funcionamiento del capitalismo con mayor nivel de inequidad, de desigualdad, con fortunas inaccesibles convergentes con 1.000 millones de hambrientos. 

La cuestión es el agotamiento del “modelo” definido en este trayecto de cuatro décadas, y la necesidad de redefinir el presente y el futuro para retomar la “normalidad” de la explotación capitalista. Es el desafío planteado en la versión de 2012 del FEM. En ese sentido, Klaus Schwab, fundador del Foro de Davos señaló que “No se pueden resolver los problemas con modelos superados”, convocando a superar recetas que sirvieron para desmantelar el orden criticado a comienzos de los 70´ y pensar con las claves del capitalismo de esta época, que lo imaginan bajo la batuta de la “economía verde”, una suerte de privatización de la naturaleza. 

El primer interrogante que se les suscitó a los miles de dirigentes empresarios y representantes de gobiernos de 40 países remitió a si el capitalismo del Siglo XXI le está fallando a la sociedad del Siglo XXI, en clara alusión a la larga crisis iniciada en 2007 y que se prolonga sin final a la vista en las principales potencias del capitalismo mundial. La desazón de una recesión inacabada, de impactos sociales que se generalizan con sus respectivos conflictos de “indignados” por doquier, desde África a Europa, Israel o EEUU, suma un mapa de rebelión que solo atinaba a expresarse en los 90´ en nuestra América. 

El lema en discusión por estas horas reza “La gran transformación. Dando forma a nuevos modelos”, en el mismo momento donde los pronósticos de la ONU y los Organismos Internacionales son poco alentadores sobre el panorama económico de mediano plazo, es decir, más allá, aún, del 2012.

En la sesión inaugural la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, demandó por más Unión Europea, en lo que debe leerse mayor subordinación de los miembros al dictado del imperialismo alemán y sus empresas, con ajustes y desmantelamiento de los remanentes del Estado de Bienestar en el viejo continente.

Ya no se discuten los eufemismos de la “cooperación para el desarrollo” que poblaban anteriores encuentros, como una dádiva de los ricos a los pobres. El problema se concentra en la “solución” de la crisis de los grandes de la economía mundial. A los más débiles se les propone el “ajuste” más crudo junto al recetario de apertura y liberalización. Ni hablar de las dimensiones alimentarias, energéticas o medioambientales de la crisis contemporánea. 

Se trata de salvar empresas y bancos transnacionales en problemas. La insignia alemana preside las “soluciones” de época en la vieja Europa, intentando sostener una moneda, el euro, en disputa con el dólar, moneda de su rival en la dominación capitalista. Ni el euro logró emerger en la década de existencia como moneda global hegemónica, y el dólar sufre las consecuencias del debilitamiento estructural de la economía estadounidense y las experiencias de autonomía monetaria en el comercio mundial que empuja China y otros “emergentes”. Son variados los países del mundo que suscriben acuerdos “swap” con China para intercambiar y garantizarse mutuamente con monedas locales (Argentina y otros países de la región latinoamericana; de Asia y de África lo vienen realizando).

El Foro por el “otro” mundo posible
No puede pensarse en la convocatoria del 2001 sin las resistencias populares de los 80´ y los 90´ en nuestra América, contra el ajuste y las reformas estructurales, de privatización, descentralización, precarización del empleo, superexplotación y liberalización de la economía. 

Por eso la cita fue en Porto Alegre, gobernada entonces por el Partido de los Trabajadores, entonces un Partido de Izquierda, de bandera roja y con un líder obrero metalúrgico, que reconocía como principal aporte la construcción de un “presupuesto participativo” que expresaba las banderas de la democracia participativa enarbolada por la izquierda luego de la caída del este de Europa y la pérdida del imaginario socialista en el movimiento popular mundial.

El encuentro de variadas expresiones de la institucionalidad popular construida en la resistencia animó las discusiones en el FSM y habilitó el camino de la transformación de movimientos populares en lucha contra el neoliberalismo y el capitalismo en soportes de nuevos gobiernos que discutían la argumentación hegemónica de las políticas de los años previos. El FSM es producto de la lucha que contribuyó a modificar el mapa político de la región en la primera década del Siglo XXI. Cada uno de los gobiernos de la región latinoamericana que generaron y aún generan expectativas en los pueblos del mundo tiene sustento de origen en aquella resistencia y en el ideario crítico, con matices, sustentado en la historia del FSM. Uno de los temas en debate en la presente versión y aún en las últimas se asocia a la cooptación de varios de los movimientos, o de sus lideranzas por los gobiernos, en una fusión entre movimientos y gobiernos, o movimientos y Estados.

El debate se convoca bajo el lema de “Crisis capitalista, justicia social y ambiental”, preparando las condiciones de movilización y debate para la Cumbre +20 a realizarse en Río de Janeiro en junio próximo, a 20 años de la Cumbre de la Tierra, donde se hizo evidente la dimensión ecológica de una crisis que se profundiza en el presente. Es que el modelo productivo asentado en la depredación de los bienes comunes se potenció en nuestra región, haciendo ampliamente funcional a nuestra América a la demanda de petróleo, gas, cobre, litio, tierra, agua, de las principales potencias económicas del capitalismo mundial. Convengamos que uno de los límites del FSM transcurre entre quienes imaginan la posibilidad de cambios sin modificar el sistema capitalista, que los lleva a propuestas dentro de lo posible, de lo permitido, sin apuntar a discutir a fondo el orden capitalista, posición sostenida por aquellos que animan al interior del FSM la asamblea de movimientos y que empujan un cronograma de acciones que pueda pasar de la defensiva a la ofensiva por otro mundo posible. Entre otras iniciativas se piensa en una campaña continental contra la “economía verde”, un nuevo ALCA que requiere ser contrarrestado.

La cita del 2012 reúne experiencias de los trabajadores, campesinos, pueblos originarios, mujeres, estudiantes; de la economía solidaria, cooperativa, autogestionaria; como iniciativas de educación popular, resistencias contra el negocio inmobiliario y por el hábitat popular, por el empleo. Siendo un clásico, la inauguración se realizó con una gran movilización por las calles de la ciudad, en lo que anticipa la gran manifestación en la cumbre popular sobre los problemas de la tierra en la ciudad carioca a mediados de año.

El escenario está montado. Ya no existe el pensamiento único imperante en décadas pasadas. Sin síntesis, el debate se reanima entre visiones de avanzar por el camino de lo posible o ir más allá, extendiendo la mirada del otro mundo posible por la senda de la alternativa al capitalismo en crisis. Lo novedoso son los indignados, paso inicial de una protesta que se inscribe en la búsqueda de construcción de alternativas. En ese rumbo se construyen sujetos que proyectan rumbos de transformaciones sociales y fuerzas políticos sociales que asuman la iniciativa necesaria del cambio social por otro mundo posible.

Julio C. Gambina
Rebelión

jueves, 26 de enero de 2012

Davos: "gobernanza" del 1%

Las decisiones de unos pocos nos han llevado a la crisis de los últimos años” y ahora (esas) mismas personas se presentarán aquí como la solución a esos problemas, advirtió David Roth, presidente del ala joven del Partido Socialista Suizo. Lo dijo bajo una manta que rezaba: No dejes que decidan por tí, en referencia a los poco más de 2 mil 600 participantes en el Foro Económico Mundial (FEM), que desde ayer, como lo han hecho por 42 años, se reúnen en Davos, Suiza.
 
Acuden a los Alpes suizos encubridores, encargados de despojos y estafas bancario/financieras y administradores del pillaje de naciones enteras. En ese lujoso centro invernal, alejado del mundanal ruido, se refuerza la seguridad: ante los desmanes y la guerra de clase desatada por el capital, ya les alcanzó la protesta de los Ocupa el FEM.

Pero Davos ofrece a sus huéspedes discreta cercanía a la banca suiza, feroz opositora a la más leve medida que toque el secreto bancario de su heterogénea clientela; a decir de ex funcionarios del Banco Mundial (BM) ese hermetismo es ingrediente nodal de la gobernanza de la periferia capitalista.

A Davos acuden algunos personajes de la burguesía europea y de Estados Unidos, hoy como ayer, en relaciones de amor/ odio por mercados, moneda y recursos. La mayoría de asistentes son Ceos que operan desde bancos, firmas de inversión, grandes empresas, representantes del G-20, ideólogos, economistas de prestigio e importantes cargos del Banco Central de Europa (BCE), del FMI y BM-BID –entes subrogados del Departamento del Tesoro y sus country managers, que fungen como presidentes, ministros de Hacienda o Economía, etcétera.

Ahí están los sicarios económicos y sus cómplices en los más altos puestos gubernamentales, encargados de las reformas estructurales: del ataque al salario, a los contratos colectivos y al patrimonio nacional, bajo impulso de cañonazos billonarios, o sea, empréstitos de sobornización, como los califica Joseph Stiglitz, porque conllevan jugosas comisiones en depósito bancario seguro y legal.

Según John Perkins, reclutado por la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, quien operó desde una firma de inversión bostoniana dedicada a proyectos de ingeniería, al igual que nuestros semejantes en la mafia... concedemos favores. Éstos adoptan la apariencia de créditos destinados a desarrollar infraestructuras, centrales generadoras de elecricidad, carreteras, puertos, aeropuertos o parques industriales. Una de las condiciones de estos empréstitos es que los proyectos y la construcción deben correr a cargo de compañias de nuestro país. Y el resultado es que, en realidad, la mayor parte del dinero nunca sale de Estados Unidos. En esencia, sencillamente se transfiere desde los emporios bancarios de Washington a las constructoras de Nueva Yortk, Houston o San Francisco (Confesiones de un gánster económico, Barcelona, Urano, 2004, p.22).

Son ellos y sus cómplices en las cúpulas gubernamentales, encargados de la gestión de empréstitos del BM-BID, quienes, junto al resto de los invitados al FEM disertarán, con gran despliegue en los medios, sobre la gran transformación: desarrollar nuevos modelos. Como ya Klaus Schwab, fundador del FEM, admitió que el capitalismo es obsoleto se intentaría su transformación, como si fuera posible despojarlo de sus contradicciones inherentes, de su insostenibilidad social, bioatmosférica: en momentos en que se profundiza la crisis múltiple, con más desempleo crónico y polarización, con amagos de un acople recesivo –o depresivo– global. La historia muestra que son procesos usualmente seguidos de desacoples comerciales, monetarios y de la geopolitización de relaciones económicas esenciales, como el mercado petrolero.

La convocatoria usa el título del clásico (1944) de Karl Polanyi, La gran transformación (FCE, 1992) sobre el librecambismo, la desregulación y el desenfreno especulativo, en la génesis de la gran depresión y la Segunda Guerra Mundial.

En Davos se recurre al despliegue policial/militar, con 4 mil policías, ante la protesta in situ de cientos de indignados de Ocupa el FEM, instalado en medio de la nieve y el hielo que todavía existen en los Alpes.

¿Es eso y la insaciable codicia por más reformas estructurales o la alarmante nazificación del capitalismo (manifiesta en guerras de agresión por parte de una OTAN encabezada por Estados Unidos, en pos del magno botín petrolero de Irak, Libia e Irán), parte de la “gran transformación? ¿o es un estado de excepción global, la antesala de una conflagración terminal?

John Saxe-Fernández
La Jornada

lunes, 23 de enero de 2012

China y la crisis

La economía global está en crisis, pero no tiene los mismos efectos ni las mismas características y alcances en cada uno de sus principales componentes.
La economía de Estados Unidos, por ejemplo, ha tenido una leve recuperación, que se refleja en una pequeña reducción del número de desocupados, en una mayor producción industrial y en un poco más de ventas en el mercado de las viviendas nuevas y usadas. El dólar sigue siendo sostenido por el esfuerzo chino, por la compra china de bonos del Tesoro estadunidense, por las inversiones chinas, por las enormes ganancias que obtienen las empresas estadunidenses que desde China operan en todo el mundo y que, transformadas en dólares, retornan a Estados Unidos.

Cuando Estados Unidos se retira derrotado de Irak y derrotado también negocia en Afganistán con los talibanes y corre el riesgo de un golpe militar nacionalista y pro chino en Pakistán, esta gran dependencia de lo que hace Pekín obliga a Washington a la prudencia en extremo Oriente: por eso en Corea del Norte ladra mucho pero no muerde y en Taiwan-Formosa coincide con China en celebrar la victoria del candidato presidencial del Kuomintang, partidario de las negociaciones con Pekín, frente a los independentistas, los cuales habrían reavivado el conflicto entre la isla y China continental.

La Unión Europea, en cambio, va hacia una recesión, e Italia y España, por no hablar de Grecia y Portugal, ya están en ella. La casi segura derrota de Nicolas Sarkozy en las próximas elecciones francesas atemoriza y tiene en zozobra continua al capital financiero, esa tímida gacela. Japón no se repone del golpe de Fukushima. Y algunos países llamados emergentes (en realidad, países dependientes), como Brasil o Argentina, tienen economías que siguen creciendo, pero a un ritmo mucho más lento, y ven aumentar las tendencias (hasta ahora reprimidas) a descargar sobre el vecino sus problemas (como se ve en la disputa entre Argentina y Brasil, los dos principales miembros del Mercosur, en torno a las barreras a los productos industriales).

China, por último, la segunda economía internacional en orden de importancia y la más dinámica, debe intentar resolver en el próximo congreso del Partido Comunista cuál será el rumbo que seguirá el país en los próximos años. Ahora bien, como se sabe, ese partido agrupa a la mayor parte de los millonarios y multimillonarios y a la casi totalidad de la burocracia que dirige el país y, por tanto, lo que se decida tendrá enorme influencia en China y en el mundo.

Hasta ahora, la economía china tuvo como centro la exportación. El país explotó a fondo la abundancia de mano de obra campesina, a la que hacía trabajar en condiciones durísimas con salarios bajísimos y a la que controlaba mediante el partido y el Estado –fusionados– sin intermediación de leyes laborales ni de sindicatos. China construye el capitalismo con la sobrexplotación del trabajador, del cual, en términos marxistas, extrae plusvalía absoluta y una tasa de ganancia enorme para las empresas.

Pero la exportación china a Europa disminuyó en 18 por ciento y seguirá reduciéndose, y la leve recuperación industrial estadunidense podría permitir a las compañías locales recuperar parte del mercado, mientras la exportación a los países llamados emergentes no puede compensar esa reducción de las ventas.

China, además, ha debido enfrentar paros contra los despidos en las exportadoras y huelgas y rebeliones ciudadanas contra la insoportable degradación ambiental derivada de que la industrialización se realizó con la idea de que los bienes comunes pueden ser privatizados y de que el costo ambiental es igual a cero. El gobierno, en lugar de reprimir, hizo concesiones. Como consecuencia, hay una constante elevación del valor de la fuerza de trabajo que ha hecho que varias trasnacionales se trasladasen a países como Vietnam o Tailandia, donde los salarios son menores y tampoco hay sindicatos reales.

Por último, para absorber a los más de 200 millones de campesinos desocupados que vagan por los caminos esperando instalarse en alguna ciudad industrial, el país necesita lograr un crecimiento al menos de 8 por ciento en su PIB. Ahora bien, hoy tiene uno de 9.1, pero con tendencia a disminuir. De modo que no puede esperar.

Si orientase su economía hacia el crecimiento del mercado interno –o sea, hacia la elevación de los salarios e ingresos de los campesinos y trabajadores para aumentar el consumo– debería reorientar la industrialización hacia la satisfacción de las necesidades fundamentales postergadas, movilizando de paso los ahorros nacionales, que son muy cuantiosos. Pero una dependencia del mercado interno –aunque mantuviese un fuerte sector exportador– presupone, en un lapso relativamente corto, más protección ambiental, más y mejores viviendas, más educación y, por supuesto, más democracia (por empezar en las fábricas y en las ciudades), con sindicatos y organismos de regulación. Además, desarrollaría la tecnificación en el campo, desplazando a millones de campesinos y creando una capa de campesinos ricos, lo cual requeriría una firme dirección estatal (partidaria) reformista que diese una importancia fundamental al instrumento estatal y no a la libre empresa y el mercado.

Por consiguiente, es de prever que el congreso presencie el enfrentamiento entre dos tendencias fundamentales: una liberal, que tratará de mantener y desarrollar la política seguida hasta ahora, y otra mucho más centralista y estatista, que buscará el aumento de los ingresos y del consumo interno y, por tanto, tarde o temprano se verá forzada a recurrir al apoyo de los trabajadores de todo tipo que en el comunismo de China son convidados de piedra.

Por supuesto, como en toda discusión importante, siempre puede haber un pantano (o sea, los que están en el centro, entre una u otra posición decisiva) y no está excluida una solución de transición, mediadora.
Falta poco para que se vean las cartas.

Guillermo Almeyra
La Jornada

Países ricos, pueblos pobres

El senado norteamericano editó, recientemente, un informe, sobre la explotación del petróleo de Guinea Ecuatorial, una antigua colonia española en África, por Exxon-Fluid, la mayor empresa petrolera del mundo.

El informe del senado norteamericano afirma que si lo que cobra el gobierno de Guinea Ecuatorial se repartiera equitativamente entre sus ciudadanos (que son pocos, medio millón de personas, la cuarta parte de Barcelona), cada ciudadano de Guinea Ecuatorial recibiría anualmente 35.000 dólares, superior a la renta per cápita española que es de 28.000 dólares.

ATTAC.TV emitió un video con fragmentos de una conferencia de Arcadi Oliveres, Profesor del Departamento de Economía Aplicada de UAB (Universidad Autónoma de Barcelona), que se reproduce en esta oportunidad:

¿Con cuánto viven actualmente los guineanos? Con 500 dólares al año según nos informa Naciones Unidas. Esto significa que alguien se queda con los 33.500 dólares restantes.
¿Quién se los queda? sigamos con el informe del Senado Norteamericano, el presidente señor Teodoro Obiang, un sanguinario conocido por todo el mundo. ¿Quién más se lo queda? su camarilla de amigos. ¿Quién más se lo queda? sus ministros ¿quién más se lo queda? sus familiares.
¿Y qué hacen estos ladrones con el dinero que han robado? ¿Se lo guardan en casa? Ni hablar, ningún ladrón guarda el dinero en casa. La mayoría de ellos han constituido sociedades pantalla para disimular el nombre y guardar el dinero. ¿Y dónde guardan este dinero? En Madrid, en el banco de Santander.

La pobreza tiene nombre
Esta es la realidad. La pobreza tiene nombres y el nombre se llama Nestlé, Coca cola, Samsung, Bayer, el banco de Santander y compañía. Estos son los responsables que, además, coinciden con los responsables de la crisis económica, entre ellos el banco de Santander, los especuladores y el mayor de los fraudulentos de España que se llama Emilio Botín. Así hay que decir las cosas y creo que vale la pena saberlo.

Hay muchos que todos recordamos como dirigentes corruptos como Pinochet en Chile, Videla en Argentina, Fujimori en Perú, Somoza en Nicaragua, Suharto en Indonesia, Marcos en Filipinas, Mobutu en el Congo, Obian en Guinea. Todos ellos presididos por el mayor ladrón de todos: Hassan II de Marruecos.

Cuando este hombre falleció hace diez años, dejó el país, que no en Rabat y a su nombre que no a nombre de Marruecos, 50 mil millones de dólares, la misma fortuna del Señor Bill Gates que es uno de los más ricos del mundo; esto lo tenía él. Pero, ¡cuidado! mientras Hassan II tenía en París 50 mil millones de dólares, Marruecos debía en forma de deuda externa 20 mil millones de dólares. Su estimado monarca se había quedado dos veces y media la deuda de Marruecos. Sin embargo tal monarca era alguien perfectamente bien recibido en las cancillerías occidentales. Cuando Hassan II llegaba a Madrid, Juan Carlos le decía “mi querido hermano”. Pues que vigile con la parentela porque con gente de este estilo no se puede ir demasiado lejos.

Pagar la deuda
Y ¿Qué pasa? Pasa algo más grave, que estos países han acumulado esta deuda y ahora deben pagarla. ¿Y qué significa deber pagar la deuda o tener que pagar la deuda? Igual que cuando nosotros tenemos una hipoteca, que por un lado es hacer frente a los intereses y por otro hacer frente al retorno del capital. Cada año, lo que ellos nos envían a nosotros para pagar esta deuda, deuda que sus dirigentes tienen escondida en París o en donde sea, Cada año para pagar esta deuda estos países nos mandan una cantidad que oscila entre 5 o 6 veces más que la ayuda al desarrollo que nosotros podamos enviarles.

Y la gente dice: es que la ayuda al desarrollo no funciona, llevamos 50 años ayudándoles y no crecen. ¿Cómo van a crecer si les damos 1 y les quitamos 6? esto es completamente imposible. Hay que perdonar la deuda, y España puede perdonar la deuda. ¿Podría la Sra. Salgado perdonar la deuda y renunciar cada año a 900 millones de euros? Naturalmente… si hiciera frente a algo muy importante: el fraude fiscal.

Fraude fiscal en España
Una universidad de Barcelona que se llama Pompeu Fabra elaboró, no hace mucho, un estudio sobre el fraude fiscal que los ricos cometen en España. ¿Cuánto estafa al fisco esta gente? 80 mil millones de euros al año. Y solo con 900 de estos 80 mil podríamos perdonar la deuda.

Estamos en manos de delincuentes. Hay que decirlo con toda verdad: estamos en manos de delincuentes y nada más que esto.

Las armas y la guerra
¿Y cuál es el último problema? Pues sin duda, la guerra. Estos países no solo están sometidos a explotación económica sino a guerra. Y ¿Cuál es la consecuencia de la guerra? pues sencillamente las armas. Si no hubiera armas no habría guerras o se hacían con piedras y a los 15 días se habría terminado.

Las armas se fabrican, se venden y se gana dinero en el norte; se sufren y se pagan en el sur. Y démonos cuenta de algo: el tráfico de armas es completamente inverso al tráfico de drogas. Las drogas se producen en el sur y se consumen en el norte. Las armas se producen en el norte y se consumen en el sur. Con lo cual podemos llegar a sospechar, aunque no siempre podemos llegar a demostrar, que hay armas que se pagan con drogas y que hay drogas que se pagan con armas.

No siempre lo podemos acreditar pero hay un caso en que sí se puede acreditar. Hace unos 16 años los productores de coca en Colombia fueron informados que podrían mandar sus avionetas más o menos libremente a Estados Unidos, que la policía norteamericana miraría a otro lado y no impediría la llegada de avionetas para que vaciaran la coca allí. A cambio el gobierno norteamericano les pediría que cuando hubieran vaciado las avionetas no las regresaran de vacío y esperaran que ellos mismos se las cargarían de armas y estas armas deberían dejarlas en el viaje de regreso a Colombia, a medio camino en Nicaragua para alimentar lo que se llamaba en aquel momento “la Contra” nicaragüense. Pero había un cerebro gris de esta operación de la casi nadie sabía nada. ¿Cómo se llamaba este señor? se llamaba Bob Gates que no tiene nada que ver con Bill Gates y hoy en día es el ministro de defensa del señor Barack Obama. Esta es la situación de cómo funciona este mundo.

España en la venta de armamento
Y en este mundo del tráfico de armas y el tráfico de drogas España ocupa un papel preponderante. Hace 15 días se dio a conocer las estadísticas del comercio de armas del mundo. España es el 6º país que más armas exporta en el mundo. Y una organización que todos conocemos y que se llama Intermón Oxfam ha declarado que después de EEUU España es el país que más municiones vende a las guerras africanas.

Éxodo del hambre
¿Y qué sucede? bueno, que si les pagamos mal el café, que si nos quedamos con su petróleo, que si después resulta que les cobramos la deuda externa abusivamente y si, al final les mandamos armas para que tengan guerras, esta gente vive mal…¿Cuál es el primer problema? Uno lo ha dicho muy bien: algunos mueren por el camino, otros de hambre.

Ahora con la crisis quizá se haya reducido un poco pero según el ministerio del interior entre los años 2006, 2007 y 2008 12mil personas que se sepa fallecieron ahogadas intentando atravesar el estrecho o intentando llegar a las Canarias. Que se sepa, porque otros tantos deberían ahogarse sin que se supiera. 12 mil que se sepa…

Arcadi Oliveres – Consejo Científico de ATTAC España
Fuente: Ecupres.

domingo, 22 de enero de 2012

¡Es la democracia!.. y el capitalismo

La fiebre de austeridad que se ha apoderado de Europa amenaza con llevar al viejo continente a un hoyo de recesión que no hará sino ahondar la crisis de la deuda y agravar el drama social que aqueja, aunque desigualmente, a toda la unión. Habrá tiempo, pero no mucha calma, para entender el porqué de este peso enorme que la ideología del tendero ha alcanzado sobre las ideas y las prácticas de los estados europeos, así como sobre muchos de los círculos de la sociedad donde se gesta el lenguaje de la política y de la cultura, o se deciden los usos del excedente y la riqueza acumulada.
 
La perspectiva de una larga temporada de letargo económico y aun de estancamiento no sólo es cultivada por quienes ven en la crisis el prólogo del derrumbe del capitalismo. Una y otra vez, desde la OCDE, el Banco Mundial e incluso el FMI, recientemente la ONU, se advierte sobre esta posibilidad y se recomienda prudencia, pero no sobre el gasto, sino sobre la intensidad y magnitud de los recortes.

La política queda marcada por las dislocaciones sociales propiciadas por la crisis, frente a las cuales se emiten las más estrafalarias consejas sobre la jibarización del Estado y la emasculación de la protección social para adelgazar el Estado de bienestar, que ha resultado el villano para todas las estaciones. Consecuentemente, se insiste en las virtudes de la autoridad y su eficacia por encima de la libertad y el pluralismo, condiciones insustituibles de la democracia.

Así, el malestar en la democracia puede saltar en cualquier momento a ser un malestar con la democracia, como lo advirtiera hace tiempo el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su estudio sobre la democracia y el desarrollo en América Latina. La vieja y sabia Europa se tropicaliza, mientras la otrora pujante América se debate entre la derechización salvaje y el cálculo pusilánime de sus elites democráticas.

Exagerar el peso de la deuda es deporte preferido de los rentistas y especuladores que viven de ella, del mismo modo en que quienes proponen la austeridad son precisamente los que por su riqueza no tienen de qué preocuparse. Salvo en el caso de una hecatombe que llevara a los gobiernos, de todo signo, a incurrir en una moratoria o en una renegociación de las deudas públicas, concentradas en los bancos privados o en las manos de la minoría ociosa que ha producido el nuevo capitalismo financiero.

Con desparpajo, en Estados Unidos se habla de una guerra de clases, y crece el número de los que ven en la desigualdad el eje del descontento con la economía y la política que condensaran los ocupantes de Wall Street hace unos meses. Pero tal vez vaya a ser de nuevo en Europa donde vaya a desplegarse una versión mayor y peligrosa de esta contienda distributiva.

Contrariamente a como se vive la crisis en nuestro país, donde priva una aberrante cultura de los satisfechos, en el hemisferio avanzado y rico del planeta se le ve como un horizonte ominoso, en cuyos extremos se avizoran cambios regresivos enormes. Caídas irrecuperables en el ingreso y la riqueza de los hogares medios y bajos, endeudamientos impagables de los graduados universitarios, recortes injustificables a los servicios que antaño se concebían para todos y por todos, encogimiento de los reflejos fundamentales de las economías y las sociedades para crecer con equidad, en fin, abatimiento de los valores modernos de la solidaridad y de la libertad, son todos estos vectores que llevan a muchos a pensar que esta crisis es acarreada, de nuevo, por jinetes apocalípticos que tienen como enemigo común a la democracia, erigida como forma civilizatoria en los años que siguieron a la catástrofe humana que fue la Segunda Guerra.
Pensar a la democracia en peligro era tarea incómoda hasta hace poco, cuando se vivían los efectos y las supuestas maravillas del boom globalizador. Hoy es obligado hacerlo, porque en sus mil y una circunvoluciones el capitalismo nos obliga a preguntarnos si no hay una profunda disonancia entre sus criterios fundamentales de competencia y maximización y los valores y promesas de una libertad basada en la cohesión social y la garantía de derechos fundamentales.

Como escribiera Bobbio: Es preciso reconocer, sinceramente, que hasta ahora no se ha visto en el escenario de la historia otra democracia que no sea la conjugada con la sociedad de mercado. Pero comenzamos a darnos cuenta de que el abrazo del sistema político democrático con el sistema económico capitalista es, al mismo tiempo, vital y mortal; o mejor dicho, es mortal además de vital.

Lo que está en juego es, sin duda, la democracia. Pero también el capitalismo, cuya reforma a fondo se ha vuelto crucial porque como está no puede ser sino letal.

Rolando Cordera Campos
La Jornada

sábado, 21 de enero de 2012

Los flujos geoestratégicos del capitalismo global

El pasado 12 de enero (2012) el periódico alemán “Die Ziet” (El Tiempo) en su edición impresa, basado en informes analíticos de varias agencias de seguridad mundial, trae una información comentada sobre las vulnerabilidades de la economía global. En un mapamundi esquemático presenta un grafico de las principales amenazas que se ciernen sobre el capitalismo global.

Pero, más que un mapa de riesgos, lo que realmente pone en evidencia, es el más importante fenómeno actual de la economía capitalista global; ya no tanto preocupada por la producción de mercancías, sino por el infarto circulatorio, o los FLUJOS atascados de las mismas, desde los centros donde se acumulan y controlan, hacia las periferias.

¿Donde hay riesgos a los flujos de grandes barcos cargados con petróleo, o con enormes contenedores repletos de mercancías? ¿Donde se puede interrumpir el flujo de comunicación por red (TAT 14 Y SEA-ME-WE 3) o de telecomunicación noticiosa (CNN) como negocios independientes? ? Donde se centraliza y como fluye la mercancía dinero, y el capital financiero? ¿Cómo y hacia donde fluyen masivamente los pasajeros (léase mercancía fuerza de trabajo)? ¿Donde está centralizada y concentrada la producción y distribución de la energía atómica?

Y lo que más llama la atención: ¿Donde se produce y como llega a los centros el “nuevo petróleo”, o lo que se conoce como los 17 metales magnéticos o “ tierras raras”, de nombres también extraños como europio, disposio,o, prometio, o gadolinio; fundamentales para la construcción de superconductores , pantallas planas, fibra óptica, laser, autos híbridos ( cuya batería lleva 15 kg de Lantano) aparatos de radio-diagnóstico, lentes, satélites militares y toda esa tecnología del futuro ( incluidas las guerras de rapiña) y que de 5.000 toneladas producidas en 1955, pasó a 134.000 toneladas en el 2010.

Varias cosas sorprenden en ese insólito y agorero mapamundi:

1-Estados Unidos, concentra todos los íconos: 1- Centro distribuidor de energía petrolera (7.513 000 barriles petróleo /día + 611,9 Mrd.m3/ año de gas) 2- Centro productor y distribuidor de energía nuclear (de 442 centrales nucleares posee 104 (es decir el 23,5% del total) 3- Centro financieros en New York y Chicago. 4- Centro de redes Internet en Ashbur. 5- Centro de trasporte aéreo mundial (de los 20 aeropuertos más importantes del mundo, posee el 50%, que de 1.036 millones de pasajeros, trasportaron 570 millones durante 2010. 6- Centro portuario mundial de los 13 más importantes mega- puertos del mundo, posee dos grandes complejos portuarios Los Ángeles-Long Beach y New York que movilizaron el 12% del total del tonelaje anual.

El resto del continente americano; solo está señalada en Panamá con el icono de canal, con 14.000 grande barcos petroleros por año, y en Suramérica, la selva amazónica con una producción de 550 toneladas de metales raros. El resto es como si no existiera. Está vacío.

2- Europa posee un centro financiero en Londres. 4 nudos de redes de internet en Londres, Ámsterdam, Frankfurt y Moscú. 2 Mega-puertos Rotterdam y Hamburg con 11,6% del tonelaje mundial. 5 Aeropuertos importantes Londres, París, Frankfurt, Ámsterdam y Madrid (4%) que trasportaron 266 millones de pasajeros en el 2010. Energía nuclear: Francia pose 58 centrales nucleares (13%), Rusia 32 (7%) Inglaterra, Alemania, Ucrania, Suecia, España y Bélgica sumadas tienen 76 centrales nucleares (17%), y hay un abastecedor importante de energía petrolera en Rusia, con 10 270 000 barriles por año y 589 Mrd.m3 de gas por año.

3- En el cercano Oriente hay señalados 3 estrechos ubicados alrededor de la península arábiga: Suez, Bab al Mandab y Hormuz, por donde se movilizan 48.000 grandes petroleros/año. 2 grandes abastecedores de petróleo: Arabia Saudita con 10. 270 barriles y 84 Mrd.m3 de gas/año; e Irán con 4.245 barriles de petróleo y 138,5 Mrd. m3 de gas /año.

4-En Asia central están señaladas la India con 20 centrales nucleares y Pakistán con 3 centrales. Además India como productor de 2.700 toneladas de metales raros.

5- En el lejano Oriente, vuelven a concentrarse los íconos: A)1 centro financiero en Tokio. B) 4 de los 20 grandes aeropuertos, Tokio, Pekín, Hong Kong, Bangkok con 157 millones (15%) de pasajeros movilizados en 2010. C) 5 de los mega- puertos más importantes del mundo, Singapur, seguido de Shanghái, Hong Kong, Shenzhen en China y Busan en Corea, con el 67,2% del tonelaje mundial movilizado por esos 13 mega-puertos. D) 54 centrales nucleares en Japón (12%), 21 centrales (4%) en R Corea y, China con 15 centrales nucleares (3,3%) E) China también aparece con el ícono productor de metales raros con 130. 000 toneladas (97% de la producción total 2010). Razón tenía Den Xiao Ping cuando dijo: “los árabes tiene le petróleo, nosotros los metales raros”.

6-El continente africano está completamente vacío.

7-Finalmente, un ícono de advertencia derivado de las centrales nucleares, muestra las 5 centrales atómicas, ubicadas en el mapamundi, cercanas a una megalópolis (gran ciudad): 1- Lingao (China) 27,5 millones hab. 2- Indian Point (USA) 17,3 millones hab. 3-Kanupp (Pakistán) 14,5 millones hab. 4-Kousheng (Taiwan) 9,9 millones hab 5-Doel (Bélgica) 9,0 millones hab.

Después de analizar todo esto, creo que la pesadilla es mayor a lo pronosticado por Max y Engels hace 164 años en el Manifiesto Comunista, y me obliga a concluir con la frase final que da Eric Hobsbawm a su espectacular ultimo libro “Cómo trasformar el mundo”. Editorial Critica (2011):” Una vez más, ha llegado la hora de tomarse en serio a Marx”.

Alberto Pinzón Sánchez
Tercera Informacaión



viernes, 20 de enero de 2012

El coste de la desigualdad

Temores en la elite de Davos por la polarización económica entre el 1% y el 99.

Las cumbres de la élite empresarial celebradas cada año en la estación de esquí suiza de Davos antes eran alegres homenajes al dinamismo del capitalismo globalizado con reservas inagotables no sólo de champán y canapés, sino también de optimismo. Ya no tanto.

Hasta los consejeros delegados billonarios que se reunirán la semana próxima en Davos para el Foro Económico Mundial albergan dudas existenciales sobre la concentración de la riqueza en los bolsillos de una pequeña minoría (ellos mismos) hasta un extremo que no se había visto desde los años 20. Si se mantiene esta tendencia, pueden sembrarse las "semillas de una distopía", que sustituirá las utopías de la globalización que Davos siempre ha abanderado.

Es la conclusión del último informe Global Risks 2012,elaborado a partir de entrevistas a 469 expertos globales - la mayoría empresarios, pero también representantes sindicales y de la sociedad civil-,que se publica antes de cada cumbre en Davos. Este año, advierte que la desigualdad económica, junto con las crisis de endeudamiento público, "serán impulsores de nacionalismo, populismo y proteccionismo", (ideologías que chocan frontalmente con el espíritu de Davos).

Hay una dosis indudable de hipocresía en las advertencias de Davos. Muchos de sus participantes siguen asignándose espectaculares remuneraciones. El polémico banco de inversiones Goldman Sachs - uno de los 100 socios estratégicos del foro de Davos-,por ejemplo, causó estupor el martes al anunciar que había pagado una media de 300.000 euros a sus empleados en el 2011. Según la revista Forbes,el número de billonarios a escala mundial (con más de 1.000 millones de dólares) ha subido el 27% desde el inicio de la crisis en el 2007. El sueldo medio de los ejecutivos de multinacionales británicas subió el 55% en el 2010.

Pero el informe es otro indicio de la preocupación creciente entre las élites de que la desigualdad puede ser una bomba de relojería. En EE. UU., donde la renta real del 1% de las familias más ricas ha subido el 278% desde 1979 frente a un aumento del 35% para la clase media, Barack Obama ha nombrado a Alan Krueger, autoridad sobre desigualdad de la Universidad de Princeton, como principal asesor económico.

La polarización de las rentas entre una minoría privilegiada y el resto es un "cáncer que destruye la capacidad de nuestras economías para crecer y generar empleo". dice Stewart Lansley, autor británico del libro The cost of inequality (Gibson Square, 2012).

Para entender por qué, hay que remontarse tres décadas, a los años de la Dama de Hierro:"En los setenta y ochenta, con la llegada al poder de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, se empezó a decir que la sociedad igualitaria había llegado demasiado lejos. Que para tener una economía emprendedora y vibrante hacía falta bajar los impuestos a los ricos", explica Lansley en una entrevista.

El experimento se puso en marcha en EE.UU. y el Reino Unido. Se aplicaron recortes de impuestos sobre las rentas altas, de modo que se bajó el tipo superior del 80% al 30%. Se adoptó un programa de reformas estructurales, una agresiva desregulación laboral para reducir el poder sindical y bajar salarios; congelación de los salarios mínimos y draconianos recortes de la red de protección social para crear más incentivos.

Y, previsiblemente, los coeficientes Gini - una medida de desigualdad entre familias-se dispararon entre 1980 y 2000 en los países de la vanguardia de la revolución neoliberal, EE. UU., Reino Unido y Nueva Zelanda. Siguieron muchos países europeos. Alemania, a partir del 2002, desreguló su mercado de trabajo. Este país creó millones de empleos a tiempo parcial y registró un aumento fuerte de su coeficiente Gini, agravado por la ausencia de un salario mínimo en Alemania.

Pero el resultado económico de las políticas que polarizaron las rentas no era el deseado. "El crecimiento de las tres últimas décadas ha sido más volátil que en las anteriores, con sucesivas burbujas, graves crisis financieras y duras recesiones", dice Lansley. Esto se debe principalmente a dos factores. Uno: "Con salarios estancados, el consumo masivo depende cada vez más del endeudamiento privado", una fórmula de crecimiento insostenible. Estemismo argumento defiende Raguran Rajan, de la Universidad de Chicago, ex economista jefe del FMI que destaca el papel de la desigualdad en la crisis de las hipotecas basura en EE.UU. El FMI advierte que la reducción constante de salarios frente a beneficios en el reparto del PIB pone en peligro el crecimiento estable. Y dos: los superricos invierten en activos financieros especulativos muy susceptibles a burbujas, como la bolsa, o el sector inmobiliario. Es más, consumen menos de cada incremento de su renta que las clases media y trabajadora. Esto hunde la demanda agregadayprovoca recesiones, sostiene Robert Reich, el secretario de Trabajo de Bill Clinton. Algunos países evitaron la tendencia haciauna mayor desigualdad.

Los periféricos europeos –Irlanda, EspañayGrecia– gracias a nuevas redes de protección social vertebrada por la familia mediterránea, así como a un crecimiento económico generado por la integración en la unión europea. Así lograron reducir la desigualdad. En España y Grecia, el coeficiente Gini bajó de 0,35 a 0,32 entre los 80 y finales de la década pasada, segun la OCDE. Pero las últimas medidas anticrisis en la periferia de la zona euro –calcadas de las reformas estructurales de la revolución neoliberal hace 30 años– pueden estar sembrando otras "semillas de la distopía" en el sur europeo. En España, donde la crisis ya ha provocado un aumento del coeficiente Gini, segun Eurostat, la congelación del salario mínimo "con casi toda seguridad aumentará los niveles de desigualdad", dice Lansley.

Asimismo, "una ofensiva contra los convenios en España anularía los avances contra la desigualdad", advierte Philip Jenkins, de UNI Global Union, que participará en una conferencia en Davos la semana próxima titulada precisamente Las semillas de la distopía.

Andy Robinson
La Vanguardia

jueves, 19 de enero de 2012

La trampa europea

No hubo escapatoria posible para los asuntos públicos europeos, en especial los de naturaleza financiera. Los acontecimientos han sido cruentos para los tomadores de decisiones: varios gobiernos de distintos países han caído y sus partidos enfrentan drásticas consecuencias, hasta de identidad ideológica. La dicotomía ha sido tajante y hasta presuntuosa: plegarse a los dictados de las calificadoras estadunidenses, a los organismos multilaterales y a los efectivos mercados, o irse por la libre y arriesgarse a una hasta ahora inasible ruptura de la zona euro. Uno tras otro, los estados asociados a la unión fueron aceptando los dictados emanados de los poderes fácticos. La fila ha sido enorme: Irlanda, Grecia, Portugal, España, Italia, Bélgica y, hasta en cierto sentido, la misma Francia han caído en turbulentas zonas especulativas. Alemania, que se consideraba fuera de la contienda por mantener su calificación crediticia, se tambalea. Finalmente observa cómo sus mercados de exportación, de los que depende gran parte de su actividad económica, se tambalean al entrar sus vecinos en marcadas recesiones.
 
Los distintos gobiernos, sin importar la orientación de sus postulados iniciales –ya fueran socialdemócratas, democristianos o socialistas–, han chocado con una realidad que parece rebasarlos, si no es que aplastarlos. Al menos así luce cuando tratan de llevar a cabo planes o programas que atiendan las necesidades de sus respectivos pueblos. El rasero ha sido implacable con todos. Simplemente han quedado subyugados a los extendidos y aceptados fantasmas, dogmas y creencias neoliberales. El dictado ha sido inapelable: sus estados de bienestar molestan, sobremanera, al gran capital trasnacional. Son, alegan hasta con donaire, imposibles de mantener. Demasiado costosos para los presupuestos nacionales. No hay alternativa, predicó con alevosía, soberbia y ventaja la premier inglesa Margaret Thatcher en su movido tiempo. Y poco a poco, paso a paso, dichos postulados se inscribieron como verdades en los distintos centros de poder europeos. Son ahora, y para todo menester, la ruta ineludible.

Y así, de esta drástica manera, se han tomando las decisiones que afectan las necesidades y aspiraciones de los distintos pueblos que conforman la comunidad europea. Ninguno se ha escapado. Todos, uno tras otro, han aceptado lo que consideran una pesada realidad que exige cumplimiento. La austeridad es absolutamente necesaria, se arguye con desplantes de estadistas decididos a enfrentar el destino. No cualquier plan es aceptado, sólo los más drásticos posibles: los que lleven a castigar con severas medidas el bienestar colectivo de las distintas comunidades. Ningún renglón ha de quedar impune a los recortes inducidos desde las altas esferas. Educación, seguros de desempleo, fondos de retiro, salud o vivienda e infraestructuras pasan en fila para recibir los tijeretazos. Se trata, al final, de poner a salvo suficientes recursos presupuestales para después acudir al rescate de las respectivas industrias bancarias en problemas. Ésa es la clave de todo el asunto. Claro está que, para consumo ciudadano, los matices y detalles se cubren con densas retóricas: es doloroso el camino, pero indispensable; al final se saldrá avante.

Ante una situación tan comprometedora es preciso apelar a la memoria, aunque sea la de corto alcance. Cuando reventaron las burbujas inmobiliarias en Estados Unidos, Irlanda y España, con las quiebras y el espanto concomitante, se habló de reformas urgentes. Se llegó a pronosticar el fin del modelo vigente. Todo el andamiaje se reformaría, gritaron innumerables enterados. Hasta los voraces banqueros fueron estigmatizados por sus dislocadas ambiciones y avaricia. Sus descomunales sueldos (y bonificaciones) se vieron como insostenibles, ofensivos, injustos. Después del sobresalto inicial todo ha vuelto a la normalidad anterior. El pensamiento y los métodos de operación conocidos reclamaron, y consiguieron, su lugar en esta pequeña historia. Los más altos niveles políticos del mundo cerraron filas con los banqueros de inversión, aseguradoras, y los fondos de riesgo retornaron a sus prácticas especulativas, de libre mercado las llaman. Todavía hoy en día no se sabe el monto que alcanzan en el mundo los llamados derivados, pero se calcula que superan, con creces, el PIB mundial.

Lo que se inició como una crisis bancaria se ha transformado, al menos en apariencia y retórica, en crisis de deuda soberana. Y uno a uno los países de la comunidad europea que tienen cuentas de difícil tratamiento han ido pasando a la báscula de los llamados rescates. Enormes sumas de recursos son transferidas para, en realidad, evitar que Grecia, España, Portugal, Italia o Irlanda entren en suspensión de pagos. La escalerita es corta y de inmediato llegaría a las aseguradoras estadunidenses e inglesas. Asunto de seguridad nacional, llaman a las urgencias de los capitalistas por sus abultados retornos. Las calificadoras entran en el juego y sus roles son cruciales, determinantes. Los mercados tiemblan cada vez que degradan los bonos de deuda de los países en problemas. Los líderes políticos respingan contra ellas, pero no separan los ojos y orejas de los vaivenes bolsísticos.

En el fondo va quedando al descubierto la estratagema financiera responsable de tan dolida dependencia de la especulación. El Banco Central Europeo no compra bonos de deuda. Los distintos bancos, en cambio, sí descuentan sus posiciones de la que le compran a sus respectivos gobiernos. Sólo que entre una y otra operación se quedan con al menos tres o cuatro puntos de diferencia. Una enorme millonada de euros que van, directamente, a reforzar los alicaídos balances de la banca a costa del sudor y las lágrimas de los contribuyentes. Ésa es la magra historieta que tiene a la entera comunidad europea al borde del colapso. De suceder tan infausta predicción, las repercusiones serán mundiales y se sentirán en carne viva.

Luis Linares Zapata
La Jornada

miércoles, 18 de enero de 2012

Crisis: señales de alerta y cambio de rumbo

La Organización de las Naciones Unidas advirtió ayer que el mundo se está tambaleando al borde de otra gran recesión, principalmente como resultado de la crisis de la deuda soberana de varios países europeos, del consecuente incremento en las medidas de austeridad impuestas por gobiernos nacionales de esa región y del aumento preocupante del desempleo en el viejo continente. A renglón seguido, el organismo indicó que, incluso si se logra controlar la crisis de la zona euro, en el año que corre la economía mundial tendrá un crecimiento raquítico de 2.6 por ciento.
 
En retrospectiva, la advertencia del órgano multinacional deja ver que el lapso transcurrido entre el término formal de la pasada recesión y el momento presente ha sido tiempo perdido: en estos años, a pesar de que el carácter insostenible del modelo económico vigente fue reconocido por la gran mayoría de las autoridades políticas y económicas de Occidente y por los organismos financieros internacionales, ni unas ni otros hicieron esfuerzos sustanciales para reconstruir la economía mundial sobre bases éticas y racionales, y para poner freno y control al apetito especulativo que corroe tanto a los países ricos como a las economías en vías de desarrollo.

La pretendida superación de la crisis que inició a finales de 2008 se limitó a una recomposición de los indicadores macroeconómicos, pero no tocó la inestabilidad intrínseca del modelo en vigor, y ahora, ante los desajustes surgidos en meses recientes en naciones europeas, las autoridades económicas nacionales e internacionales se han aferrado a la continuidad de los dictados de la ortodoxia neoliberal: sacrificio de las mayorías mediante políticas de austeridad draconiana, recorte de presupuestos públicos y de salarios, aumento a los impuestos, depredación de la propiedad pública y señales de tranquilidad para los capitales trasnacionales.

Por otra parte, si bien los barruntos actuales de recesión tienen su origen en la persistencia del modelo desestabilizador que causó la debacle financiera de 2008 y 2009, en la génesis de la actual problemática han de identificarse también algunos aspectos singulares. Tal es el caso de la incursión ilegítima y cada vez mayor del vasto poder fáctico de las calificadoras en las decisiones públicas: a estas alturas, resulta innegable que esas entidades privadas no sólo ejercen atribuciones indebidas en materia de orientación y definición de políticas económicas de los países en problemas –a contrapelo de las nociones más elementales de democracia y representatividad–, sino también que tal ejercicio de poder anómalo es un lastre fundamental para la reactivación de esas economías, toda vez que reduce su margen de maniobra para contratar créditos y las condiciona a la aplicación de las conocidas directrices del consenso de Washington.

Adicionalmente, así como la pasada recesión hizo visible un avance de la pobreza y las desigualdades sociales en países ricos, particularmente en la Europa comunitaria, los nubarrones actuales han puesto al descubierto la corrupción y la opacidad que campea en ese conglomerado de naciones, que hasta hace no mucho se presentaba como promotor mundial de la legalidad y la transparencia: los descalabros en Grecia, Portugal e Italia, así como las dificultades que enfrentan España y Francia, son atribuibles a la laxitud, la turbiedad y el descontrol con que las autoridades nacionales, las comunitarias y las propias calificadoras se condujeron en años previos frente al incremento de las deudas soberanas y el desorden fiscal de esos países
Las estrategias anticrisis compartidas por la mayor parte de los gobernantes del mundo, por los organismos financieros y por los poderes fácticos no han sino profundizado la debilidad estructural de la economía planetaria y extendido la vida de un modelo generador de desigualdad social, concentrador de la riqueza y favorecedor de la especulación en detrimento de las actividades productivas. Ante los cada vez más inocultables avisos de desastre, es impostergable que los encargados de la conducción económica del país avancen en la dirección que tendrían que haber tomado hace casi tres años, pues de lo contrario podrían acelerar la configuración de un escenario de pesadilla mundial en lo económico, lo político y lo social.

La Jornada
Editorial