jueves, 14 de julio de 2011

“Paren, aquí vive gente”
















"Paren, aquí vive gente"

Veterinarios sin fronteras

http://www.youtube.com/watch?v=0G-fkQR7Zsk&feature=player_embedded

http://www.aquivivegente.org

"Paren, aquí vive gente" es una campaña de Veterinarios Sin Fronteras que pretende movilizar a la ciudadanía para que exija al gobierno español que tome las acciones necesarias para impedir que se siga destruyendo la soberanía alimentaria en África. Enormes transnacionales tienen en sus manos la alimentación global: deciden qué comemos, en qué condiciones y a qué precio. Frente a ese poderío, las comunidades campesinas están desprotegidas.

Las empresas transnacionales se han convertido en un grave problema, generando en demasiadas ocasiones una indignante destrucción social y ambiental. Y si lo son es porque no hay una suficiente regulación pública de sus actividades. Este hecho es especialmente significativo en el sector agroalimentario y especialmente severo en el continente africano. “Paren, aquí vive gente” trata sobre este hecho. La campaña, organizada por la ONGD Veterinarios Sin Fronteras (VSF), denuncia y propone. Denuncia a estas empresas y corresponsabiliza a los gobiernos que dimiten de sus responsabilidades de control público en defensa del derecho humano a la alimentación, y propone que los estados recuperen su papel regulador de defensa del bien común.

Al lado de las palabras están los hechos, confirmando algunas realidades y desmintiendo otras. Las investigaciones llevadas a cabo por VSF, así como el trabajo de otras organizaciones, analizan lo que ocurre antes, durante y después de la acaparación de los recursos por parte de estas empresas, confirmando sus efectos negativos. También desmiente que sean, en las condiciones actuales, agentes que mejoren los modos de vida de la gente como frecuentemente se nos dice. Hoy en día no son solución, son problema.

Cambian los sectores, los alimentos, los países, las comunidades afectadas, los nombres de las empresas, los nombres de los gobiernos pero el esquema es el mismo. El molde que deseamos romper empieza con el acaparamiento de los recursos naturales: tierras o mares, para luego construir sobre ellos un edificio de producción o pesca industrial con destino la exportación.

En Mozambique, las comunidades campesinas se están viendo amenazadas por la entrada creciente de empresas en busca de grandes extensiones de tierra para la plantación a gran escala de productos como la “jatrofa”, destinada a la elaboración de agrocombustible que más tarde se exportará a los países con más recursos. La presión que estas empresas ejercen sobre la tierra, amenazan la soberanía alimentaria de la población mozambiqueña puesto que el 80% de la misma, vive de la agricultura. De hecho, ya en 2007, más de 5 millones de hectáreas en Mozambique fueron cedidas a empresas nacionales y extranjeras para cultivar “jatrofa” para la producción de agrodiésel, lo que supera la Superficie Agraria Útil de Andalucía. Detrás de la ocupación de esas tierras fértiles encontramos la migración rural, ríos de gente que migran forzadamente hacia las listas de pobreza, hambre o subnutrición. Al mismo tiempo también encontramos manantiales de rabia, de lucha, de esperanza y de reacción ante esa situación entre la población afectada. Esta usurpación de recursos naturales nunca es pacífica, se desarrolla en un mar de violencia, de confrontación, que adopta distintas formas e intensidades en función de cada situación particular. Ante estos hechos no podemos dejar de exigir a nuestros representantes políticos que actúen, porque pueden hacerlo y no lo hacen suficientemente.

Si nos vamos ahora a Senegal nos encontraremos con que la pesca artesanal, que ha sustentado a millares de familias a lo largo del tiempo y que ocupa en la actualidad el 17% de su población activa, está siendo gravemente esquilmada por la sobre explotación de la pesca por parte de empresas mayoritariamente extranjeras. La consecuencia de la sobre explotación es, por un lado, la reducción de la pesca por parte de los pescadores artesanales, lo que aumenta el precio del pescado para el consumo en la comunidad, y por otro lado es destacado el gran impacto ambiental que conllevan las técnicas de pesca que utilizan.

La Unión Europea es la tercera potencia pesquera mundial y el Estado Español tiene un papel relevante teniendo en cuenta que posee el 67% de la flota europea que faena en aguas extracomunitarias.

Otro de los casos estudiados por VSF se encuentra en Uganda donde la agricultura es el principal medio de vida empleando por el 80% de la población, allí numerosas comunidades campesinas se han visto perjudicadas por el grupo cafetero alemán Neumann Kaffee Gruppe, a quien se ha cedido 2.500has de tierra de las que vivían familias campesinas. Estas familias han sido desplazadas y en la actualidad disponen de una menor cantidad de tierra y de peor calidad. La comunidad campesina de Madudu ha sido una de las afectadas y ya se ha organizado para luchar contra el grupo alemán, el cual también cuenta con una filial importadora en el territorio español, llamada COPROCAFÉ IBÉRICA S.A.

En nuestro imaginario podemos crearnos una imagen fatalista del continente africano, podemos llegar a pensar que su situación se debe a causas casi sobrenaturales (falta de desarrollo, así en abstracto) o climáticas (sequías, inundaciones y plagas diversas), podemos llegar a proyectarnos un continente a la deriva, sin fuerza, donde las causas reales de su dramática situación se desdibujan hasta convertirse en un borrón sin forma, un tachón sin contorno donde no se vislumbran responsabilidades ni responsables. Contrariamente a ello, las comunidades bullen en luchas, resistencias y elaboración de propuestas, y nos señalan con la punta del dedo a las transnacionales como destructores de sus modos de vida, de su agricultura familiar diversa y productiva, de su pesca artesanal fructífera en peces y trabajo. Y nos señalan también a la responsabilidad extraterritorial de los gobiernos, de nuestros gobiernos.

Lo dice también el Relator de las Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación que lleva años reclamando, exigiendo, una regulación multilateral de las actividades de las empresas transnacionales. Los gobiernos deben reconocer sus obligaciones extraterritoriales con respecto al Derecho a la Alimentación y se deben abstener de aplicar políticas o programas que puedan tener efectos negativos sobre el derecho a la alimentación de personas que viven fuera de su territorio. Así mismo reclama que los gobiernos deben respetar, proteger y promover la realización del derecho a la alimentación.

Y hacemos nuestras sus demandas. Absolutamente. En el actual sistema económico, cada vez más global, más conectado, mas inmaterial, más financiero, la regulación pública transnacional se hace más urgente y necesaria que nunca.

Por todo esto, VSF pretende, a través de la campaña “Paren, aquí vive gente”, sensibilizar a la población española para que solicite al gobierno que deje de favorecer la inseguridad alimentaria en África. Concretamente, desde VSF demandamos al gobierno:

1) que reconozca sus obligaciones cuando sus ciudadanos y ciudadanas, empresas o bien terceras partes sujetas a su jurisdicción, actúen fuera de su territorio para evitar posibles impactos sobre el derecho a la alimentación,

2) que utilice herramientas de control y sanción cuando éstos violen el derecho a la alimentación.

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