El alimento es nuestro sustento. Es la fuente de la vida. El cultivo
de alimentos, su procesamiento, transformación y distribución involucran
a un 70% de la humanidad. Su consumo nos involucra a todos. Sin
embargo, lo que conforma la economía dominante del alimento de la
actualidad no es la cultura o los derechos humanos. Más bien la
especulación y los beneficios deciden la producción y distribución de
alimentos. El hecho de que se coloquen los alimentos en el casino
financiero global es una receta para el hambre.
Después de
la crisis de los créditos de alto riesgo en EE.UU. y el crac de Wall
Street, los inversionistas se apresuraron a participar en los mercados
de commodities, especialmente los productos básicos agrícolas y
petroleros. Aunque la producción real no aumentó entre 2005 y 2007, la
especulación con los alimentos aumentó un 160%. La especulación hizo
aumentar los precios y los altos precios llevaron a otros 100 de
personas millones hacia el hambre. Barclays, Goldman Sachs, JP Morgan,
todos juegan en el casino global del alimento.
Un anuncio
de Deutsche Bank en 2008 decía: “¿Le gusta el aumento de precios? Todos
hablan de productos básicos, con el Eurofondo de Agricultura usted puede
beneficiarse del aumento del precio de los siete productos básicos
agrícolas más importantes”.
Cuando la especulación impulsa
el aumento de precios, los inversionistas ricos se hacen más ricos y
los pobres mueren de hambre. La desregulación financiera que
desestabilizó el sistema financiero mundial está desestabilizando ahora
el sistema alimentario mundial. El aumento de precios no es solo el
resultado de oferta y demanda. Es sobre todo un resultado de la
especulación.
Entre 2003 y 2008 se calcula que la especulación con el índice de commodities aumentó
en un 1.900%, de 13.000 millones de dólares a 260.000 millones. Un 30%
de esos productos básicos indexados están invertidos en productos
básicos agrícolas. Como señala la Iniciativa de Responsabilidad de la
Agroindustria: “Vivimos en un mundo feliz de comercio electrónico,
provocado por algoritmos de índices de precios compuestos, ataques de
‘falta de confianza’ de inversionistas y de ‘pools ocultos’ desregulados
de más de 7 billones [millones de millones] de dólares en comercio
extrabursátil de derivados de commodities”.
El
comercio mundial de productos básicos no tiene relación con alimentos,
su diversidad, sus productores o consumidores, con las estaciones, con
la siembra o la cosecha. La diversidad alimentaria es reducida a ocho
productos básicos y agrupada en el “índice compuesto de precios”.
Las
estaciones son reemplazadas por comercio durante las veinticuatro horas
del día. La producción de alimentos impulsada por la luz solar y la
fotosíntesis es desplazada por “consorcios ocultos de inversión”. La
tragedia es que este mundo irreal está creando hambre para gente real en
el mundo real.
En The Food Bubble: How Wall Street Starved Millions and Got Away with it –un artículo de fondo para Harper’s
– Fredirick Kaufman dice: “La historia de los alimentos dio un giro
sombrío en 1991, una época en la que nadie estaba prestando mucha
atención. Fue el día que Goldman Sachs decidió que nuestro pan de cada
día era una excelente inversión”.
Y la entrada de
inversionistas como Goldman Sachs, AIG Commodity Index, Bear Sterns,
Oppenheiner and Pimco, Barclays, permitió que la agroindustria aumentara
sus beneficios. En el primer trimestre de 2008, Cargill atribuyó su
aumento de un 86% a beneficios en el comercio de productos básicos.
ConAgra vendió su filial comercial a un fondo de inversión libre por
2.800 millones de dólares.
El juego para conseguir
beneficios en el precio del trigo quitó el alimento a 250 millones de
personas. La especulación ha separado el precio de los alimentos de su
valor. Como Austin Da-mani, un corredor de trigo dijo a Fred Kaufman:
“Comerciamos en trigo, pero es trigo que nunca vamos a ver. Es una
experiencia cerebral”.
El alimento es una experiencia
ecológica, una experiencia sensorial, una experiencia biológica. Con la
especulación se ha removido de su propia realidad. Los mercados de
granos han sido transformados, con el comercio en futuros de los
gigantes de los granos en Chicago, Kansas City y Minneapolis en
combinación con la especulación por los inversionistas.
Y
como dice el señor Kaufman: “El trigo imaginario comprado en cualquier
sitio afecta al trigo real comprado por doquier”. Por lo tanto si no se
"descomoditiza" el trigo se negarán los alimentos a más y más gente; se
lanza más y más dinero al casino global, los procesos artificiales de
especulación están incrementando los precios de los alimentos y
llevándolos fuera del alcance de millones de personas.
Las
reglas de la Organización Mundial de Comercio, los programas de ajuste
estructural del Banco Mundial y el FMI y los acuerdos bilaterales de
libre comercio han impuesto la integración de economías locales y
nacionales en el mercado global. Y ahora el sistema financiero global
está especulando en commodities alimentarias, influenciando precios y el derecho a los alimentos de las personas más pobres en el rincón más remoto del mundo.
El
punto más alto en los precios de alimentos del mundo comenzó a
reaparecer en 2011. Según la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), en enero de 2011 el índex de los
precios de alimentos había aumentado 3,4% desde diciembre de 2010. El
índice del precio de cereales estaba a 3% por sobre diciembre, y al más
alto nivel desde julio de 2008, pero todavía a un 11% bajo su nivel más
alto en abril de 2008.
En India, el precio de la cebolla
saltó de 11 rupias por kilo en junio de 2010 a 75 rupias por kilo en
enero de 2011. Los precios también subieron a pesar de que la producción
de cebollas había subido de 4,8 millones de toneladas en 2001-2002 a 12
millones de toneladas en 2009-2010, mostrando que en un mercado
impulsado por la especulación no existe una correlación entre la
producción y los precios. La diferencia de precios entre la venta al por
mayor y al menor fue de 135%.
Los alimentos que se han colocado
en un casino global sirven a los inversionistas especuladores y a la
agroindustria, pero no a la gente. Tenemos que sacar a los alimentos del
casino global y devolverlos a los platos de la gente. La democracia
alimentaria y la soberanía alimentaria solo pueden lograrse poniendo fin
a la especulación financiera.
Josette Sheeran, directora
ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos, relacionó la revolución
egipcia de 2010 con el aumento de los precios de los alimentos. “En
muchas protestas, los manifestantes han blandido barras de pan o han
mostrado pancartas expresando su indignación por el aumento del coste de
alimentos básicos como las lentejas. Cuando se trata de alimentos, los
márgenes entre estabilidad y caos son peligrosamente finos. La
volatilidad en los mercados se puede convertir rápidamente en
volatilidad en las calles y todos deberíamos mantenernos vigilantes”.
La creciente preocupación por la especulación con alimentos ha obligado a algunos bancos a dejar de invertir en commodities
alimentarias. Commerzbank de Alemania y Volksbanken de Austria han
sacado los productos agrícolas de sus productos de fondos indexados.
Deutsche Bank ya había hecho lo mismo. Es hora de que todos los
gobiernos y todas las instituciones financieras pongan el derecho al
limento por sobre el hambre de beneficios.
© 2012 The Asian Age
La
doctora. Vandana Shiva es una filósofa, activista medioambiental y
eco-feminista. Es fundadora y directora de Navdanya Research Foundation
for Science, Technology, and Ecology. Es autora de numerosos libros,
incluyendo: Soil Not Oil: Environmental Justice in an Age of Climate Crisis; Stolen Harvest: The Hijacking of the Global Food Supply; Earth Democracy: Justice, Sustainability, and Peace; y Staying Alive: Women, Ecology, and Development.
Shiva también ha servido como asesora de gobiernos en India y en el
extranjero así como en ONG, incluyendo el Foro Internacional sobre
Globalización, la Organización de Mujeres de Entorno y Desarrollo y la
Red Tercer Mundo. Ha recibido numerosos premios, incluyendo el 1993
Right Livelihood Award (Premio Nobel Alternativo) y el Premio de la Paz
Sydney 2010.
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=156250
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