martes, 10 de julio de 2012

Armamento nuclear: hipocresías escandalosas

El mundo se ha preocupado por un posible Armagedón nuclear desde que Estados Unidos arrojó dos armas nucleares sobre Japón en 1945. Éstas fueron, digamos, las únicas dos bombas atómicas que se han utilizado en alguna guerra real.
 
Que Estados Unidos poseyera la bomba atómica le dio, por supuesto, una ventaja militar enorme. De ahí siguió que Estados Unidos quisiera mantener un monopolio del arma y que otros países intentaran romperlo. Primero, sobre todo, la Unión Soviética lo intentó, y lo logró en 1949. Lo que se temía como una gran catástrofe resultó una bendición maravillosa. Desde ese punto en adelante las dos superpotencias se trabaron en un acuerdo mutuo, no expresado, de no ser el primero en utilizarla. Pese a las constantes sospechas de cada uno, el acuerdo tácito se mantiene hasta el día de hoy.

Hubo otros, sin embargo, que pensaron que merecían ser parte del club. Gran Bretaña fue invitado a entrar por Estados Unidos. Y tanto Francia como China ignoraron todos los ruegos y presiones de que permanecieran no nucleares. Así, en la década de 1970, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas eran potencias atómicas.

Fue en ese momento que Estados Unidos hizo el intento de cerrar el club a futuros miembros. Promovió un Tratado de no Proliferación de Armas Nucleares (NNPT, por sus siglas en inglés), que en esencia ofrecía un trato. Si todos los otros (no los cinco) renunciaban a desarrollar armas atómicas obtendrían dos cosas a cambio: 1, el derecho a desarrollar los usos pacíficos de la energía nuclear, y, 2, una promesa de que los cinco nucleares negociarían una reducción de sus arsenales atómicos, encaminados hacia un eventual punto cero.

El mundo entero firmó ese tratado, excepto tres países: Israel, India y Pakistán. Los tres procedieron a desarrollar armamento nuclear. Y pese a las reprimendas iniciales de varios tipos, quienes no fueron invitados al club se volvieron miembros de facto.

Desde el principio han existido dos problemas con este pacto. El primero es que ninguno de los cinco iniciales (mucho menos los tres adicionales) han tenido nunca la intención de reducir su arsenal nuclear y nunca lo han hecho. En fechas recientes, con el fin de que el Congreso estadunidense ratificara una extensión al NNPT cuando expiraran los primeros 25 años planteados en el tratado, el presidente Obama anunció una actualización de las armas estadunidenses. No hay duda de que lo están emulando las otras potencias atómicas.

El segundo problema fue técnico y tuvo implicaciones políticas enormes. Parece que, con el fin de garantizar los usos pacíficos de la energía nuclear, un país necesita alcanzar niveles de competencia técnica tales que, entonces, es muy fácil ir un paso más allá y construir armas atómicas. Este derecho, sin embargo, fue la gran zanahoria que se ha ofrecido a las potencias no nucleares que accedieron a no proliferar.

Eso nos deja en donde estamos ahora. Los cinco atómicos (sin duda los ocho nucleares) han estado mejorando sus armas. Simultáneamente, Estados Unidos (y algunos otros) intenta tenazmente negar a las potencias no nucleares el único derecho que tenían en el tratado que firmaron. Éste es el punto que se debate con Irán. Lo que Estados Unidos e Israel argumentan vociferando es que a Irán no puede confiársele que pueda ejercer el derecho que el tratado le da a Irán, porque entonces, no importa lo que diga ahora, irá un paso más allá. Y entonces, implican, utilizará la bomba para atacar a Israel.

Corea del Norte se retiró del NNPT (aunque un tanto ambiguamente) y ahora es la novena potencia nuclear. Toda una serie de países están siguiendo el mismo camino que Irán, es decir, aumentar el nivel técnico de sus procesos atómicos. Pero Estados Unidos parece pensar que son más dignos de confianza y, por tanto, no hace escándalo público sobre el asunto.

Todo mundo miente con todos los dientes. Los países no están trabajando para evitar una catástrofe nuclear. Están buscando mantener y/o mejorar su posición política vis-à-vis sus supuestos antagonistas. Nadie quiere una bomba para arrojársela a otros. Todo mundo desea una bomba para que nadie le arroje una.

Se trata de un estancamiento total, y continuará siéndolo. No está en el interés de ningún país hacer concesiones. El mundo se mueve, por tanto, hacia la proliferación en todas partes. ¿Es esto peligroso? Por supuesto. ¿Implicará esto necesariamente una catástrofe? Hay muy poca probabilidad. Incluso una probabilidad en mil, sin embargo, es demasiado. Pero dado que nada cambiará, no tenemos otra opción que confiar en que una probabilidad en mil no ocurra antes de que todos recapacitemos. El acuerdo tácito de facto de no utilizar la bomba le funcionó Estados Unidos y a la Unión Soviética. Le ha funcionado a India y Pakistán. ¿Por qué no podría seguir funcionando con más potencias nucleares en el juego, que ahora es no sólo un juego de buscar la ventaja geopolítica sino también prestigio y orgullo?
Traducción: Ramón Vera Herrera

Immanuel Wallerstein
La Jornada

sábado, 7 de julio de 2012

Un dragón en el patio trasero

La crisis política en Paraguay y sus repercusiones en la región, desplazaron la visita del primer ministro chino, Wen Jiabao y la renuncia del principal cargo del Mercosur, a un segundo plano de la agenda informativa. China mostró que está dispuesta a jugar fuerte incluso en la principal zona de influencia de Estados Unidos.

Las polémicas a raíz del golpe en Paraguay, la suspensión del país del Mercosur y el ingreso de Venezuela no consiguen disimular las dificultades del bloque, aquejado por las consecuencias de la crisis mundial y el ascenso de China como potencia global. La alianza está paralizada porque lo que conviene a unos perjudica a los otros.

Expresión de las dificultades fue la renuncia del embajador Samuel Pinheiro Guimarães, Alto Representante General del Mercosur, en la reciente cumbre en Mendoza. En su carta-relatorio de despedida traza un lúcido análisis sobre la realidad actual del bloque.

Señala que la crisis económica en Europa y Estados Unidos y el ascenso de China generan un enorme flujo de capitales hacia el sur que “erosiona los vínculos comerciales intra-Mercosur que son el principal cimiento del proceso de integración”. La desindustrialización, señala, es una de las peores consecuencias y debe ser enfrentada utilizando los recursos de la exportación de commodities.

Expansión gradual


En uno de los párrafos más polémicos, Pinheiro asegura que la Unasur “no puede ser la piedra fundamental para la construcción del bloque económico de América del Sur” porque Chile, Colombia y Perú firmaron tratados de libre comercio con Estados Unidos lo que imposibilita la construcción de políticas regionales de promoción del desarrollo.

Por eso cree que el bloque regional debe ser formado “a partir de la expansión gradual del Mercosur”, incluyendo a Venezuela, Ecuador, Bolivia, Surinam y Guyana. Los últimos deberán contar con condiciones de ingreso especiales por su bajo nivel de desarrollo y el interés político que tienen para la región.

Para avanzar, dice el embajador, el bloque debe aumentar de forma significativa la coordinación política y la cooperación económica. “La característica central del Mercosur son las asimetrías”, que provocan tensiones políticas. Apuesta por una fuerte expansión de los recursos del Fondo para la Convergencia Estructural para favorecer a los más pequeños, que hoy cuenta con apenas 100 millones de dólares anuales.

Quizá el momento más luminoso de su carta sea el párrafo 34: “En un mundo multipolar, en crisis, con grandes cambios de poder, no es del interés de ningún bloque o de ninguna gran potencia la constitución o el fortalecimiento de un nuevo bloque de Estados, en especial si son periféricos. Cualquier gran potencia considera más conveniente negociar acuerdos con Estados aislados, en especial si son países subdesarrollados, más débiles económica y políticamente”.

Sólo a los miembros del Mercosur les interesa su bloque. Sin embargo, cuando fue creado en 1991 no fue concebido como organismo para apoyar el desarrollo sino como unión aduanera para promover el libre comercio. La propuesta de Pinheiro consiste en que llegue a ser capaz de impulsar un desarrollo regional armonioso y equilibrado, eliminando las asimetrías y construyendo una legislación común de modo gradual.

Este viraje es necesario porque las respuestas de los países industrializados a la crisis son “una verdadera suspensión, en al práctica, de los acuerdos de la OMC negociados en la época de hegemonía del pensamiento neoliberal”. Si el Mercosur no da estos pasos, “podrá sobrevivir pero siempre de modo claudicante y no se transformará en un bloque de países capaz de defender y promover sus intereses en este nuevo mundo que surgirá de las crisis que vivimos”. El diagnóstico hecho por uno de los más destacados intelectuales de Brasil apunta que el mundo está ingresando en un período de creciente proteccionismo, de ahí la necesidad de formar bloques con fuerte comercio interior.

China se anima


Wen Jiabao, primer ministro chino, visitaba la región cuando se producía el golpe en Paraguay. El momento álgido de su visita a Brasil, Uruguay y Argentina, fue la videoconferencia que mantuvo desde Buenos Aires el lunes 25 con Dilma Rousseff, Cristina Fernández y José Mujica.

Según la agencia china Xinhua el primer ministro hizo tres propuestas: fortalecer la confianza mutua y la comunicación estratégica con el Mercosur, duplicar el comercio para 2016 llevándolo a 200.000 millones de dólares, además de las inversiones y la cooperación financiera y tecnológica, y fomentar las relaciones bilaterales en el campo de la educación y la cultura (Xinghua, 25 de junio de 2012).

La propuesta de Wen Jiabao fue interpretada por sus interlocutores como lo que realmente es: una vasta alianza estratégica que incluye también un tratado de libre comercio China-Mercosur. A destacar que se aprovechó que Paraguay estaba por ser suspendido del Mercosur, ya que no tiene relaciones con China. Dos días después ofreció una importante disertación en la CEPAL, en Santiago de Chile.

Su propuesta dirigida a América Latina y el Caribe consiste en “combatir el proteccionismo”, “profundizar la cooperación estratégica” y abrir nuevos mercados con el objetivo de que el intercambio comercial bilateral “supere los 400.000 millones de dólares en el próximo lustro” (Xinghua, 26 de junio de 2012). Propuso la creación de un fondo de cooperación al que China hará un aporte inicial de 5.000 millones de dólares y una línea de crédito de 10.000 millones del Banco de Desarrollo de China para la construcción de infraestructuras.

Además propuso una amplia cooperación agrícola y establecer un mecanismo de reserva alimentaria de emergencia de 500 mil toneladas destinado a contingencias naturales y ayuda alimentaria, incluyendo la instalación de centros de investigación y desarrollo en ciencia y tecnología agrícolas.

La oferta china luce tentadora en momentos en que el Mercosur atraviesa enormes dificultades. La CEPAL elaboró un documento titulado “Diálogo y cooperación ante los nuevos desafíos globales” donde analiza las posibilidades que se abren a la región ante el ascenso chino. Alicia Bárcenas, secretaria ejecutiva de CEPAL, señaló en el prólogo que la región está ante una oportunidad histórica para dar un salto en infraestructura, innovación y recursos humanos, o sea “traducir la renta de los recursos naturales en formas variadas de capital humano, físico e institucional”.

Para dar se salto debe atraer inversión directa de China que le permita diversificar las exportaciones. De los más de 40 apartados que incluye el documento, uno debería ser especialmente atendido por los países de América del Sur: hacia 2030 dos tercios de la población de clase media vivirán en la región Asia-Pacífico frente a sólo el 21 por ciento que lo harán en Europa y América del Norte.

En consecuencia, la clase media asiática se transformará en “mercado clave para los alimentos, confecciones de mayor calidad, turismo, fármacos, servicios médicos, retail y artículos de lujo”, lo que permitirá que América Latina diversifique sus exportaciones y les sume valor agregado. Agrega que la internacionalización del renminbi puede beneficiar a la región ya que China se convirtió en su segundo socio comercial.

Por una agenda regional


Entre las conclusiones se destaca que el ascenso de China permite a la región sudamericana prolongar el ciclo favorable de términos de intercambio que vive desde 2003. “Si no se aprovecha bien el momento, podría acentuarse el proceso de reprimarización exportadora, estableciendo modalidades renovadas del vínculo centro-periferia”.

La CEPAL apunta la necesidad de establecer una “agenda regional concertada de prioridades”, que supere las iniciativas unilaterales. O sea, lo decisivo es lo que denomina como el “desafío interno”. En este punto decisivo, el análisis de Samuel Pinheiro y de la CEPAL coinciden plenamente. Sin embargo, la guerra comercial entre los miembros del Mercosur sigue siendo un factor de desestabilización.

Las divisiones a menudo escalan de la economía a la política. El ingreso de Venezuela decidido en la cumbre de Mendoza provoca reacciones encontradas. Es el tipo de problemas al que alude Pinheiro: falta de confianza mutua, falta de visión estratégica, predominio de las cuestiones locales por sobre las generales y del corto plazo sobre el largo, incapacidad de comprender los cambios globales. En otras palabras, es el predominio de la “pequeña política”. Lo que está en juego es demasiado importante y no todos parecen comprenderlo.

Raúl Zibechi, periodista uruguayo, es docente e investigador en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor de varios colectivos sociales. 

jueves, 5 de julio de 2012

Terrorismo financiero al alza: los millones que faltan en el Sur hambriento

Mientras que nunca había habido en el planeta tantos humanos pasando hambre (uno de cada siete, ¡más de 1.000 millones de personas!), Jean Ziegler, uno de los pocos suizos honorables, actualmente asesor de los programas de alimentación y de derechos humanos de la ONU, no se cansa de recordarnos que “el hambre no es una fatalidad, es un asesinato” que tiene unos beneficiarios claros, como el Deutsche Bank, Goldman Sachs y otros “carroñeros” neoliberales. Incluso, los alimentos básicos están en manos de una economía de casino como si las necesidades de nutrición de enormes masas humanas fueran irrelevantes.
Entre los "detalles" que no aparecen en los medios de comunicación estándar y que permiten explicar el porqué de las cosas está la balanza fiscal negativa del Norte con el Sur. Quiero decir, la paradoja de que el Sur empobrecido mayoritario del Planeta subvencione, cada vez más, la minoría rica del Norte. A pesar del muro de obstáculos desinformativos que erige el cártel del régimen neoliberal (desde el FMI al Banco Internacional de Pagos pasando por la Banca Mundial o el G-20) para que los principales perjudicados, los cientos de millones de desposeídos en situación crítica en todo el mundo, no sepan nada, comienzan a acumularse pruebas serias de cómo se perpetúa este terrorismo económico que tiene como efectos colaterales permanentes el hambre y la emigración de capital social básico del Sur.

Una primera pregunta relevante es de cuánto estamos hablando. Según el Center for International Policy, un prestigioso think tank independiente con sede en Washington DC, los flujos de dinero ilícito que se van del Sur hacia el Norte tendrían un volumen anual entre siete y ocho veces superior a toda la ayuda oficial al desarrollo. En 2008, el volumen de dinero negro que salía del Sur para engordar el Norte oscilaba entre los 859.000 miliones y 1,06 biliones de dólares. La ayuda oficial al desarrollo fue en 2011 de apenas 133.500 miliones de dólares. Visto de otro modo, supone perder ingresos equivalentes a tres veces las remesas de dinero que los 215 millones de emigrantes en el Norte envían a casa, 372.000 millones de dólares el año pasado. Para el caso de África, el continente más empobrecido y con más personas hambrientas, entre 1970 y 2008 el Norte le habría extraído entre 854.000 millones y 1,8 billones de dólares. Con esta suma fabulosa, los africanos no sólo habrían podido cancelar su deuda externa total (de unos 250.000 millones de dólares en 2008) sino que, en el cálculo más conservador, les habrían sobrado 600.000 millones de dólares para erradicar el hambre, reducir pobreza y buscar sistemas de vida ecológicamente sostenibles con bienestar social para todos. La tendencia, por si fuera poco, es el incremento de esta rapiña: los flujos ilícitos hacia el Norte pasaron de 57.000 millones de dólares la década de los 70 a los 437 mil millones entre el 2000 y 2008.

¿Es la ciudadanía corriente del Norte, sin embargo, la gran beneficiaria de ese dinero robados en el Sur? En ningún caso, basta ver qué pasa en lugares como Grecia, Portugal, Irlanda, Italia o España. Con la excusa de la crisis, su ciudadanía se encuentra acosada con políticas de ajuste estructural neoliberal que hace pocos años sólo parecían reservados a Corea del Sur, México o la Argentina del corralito. La tendencia es que estos estados colapsen fiscalmente por la imposibilidad de poder devolver la deuda que les han endosado, como avisa para el caso griego la ong Tax Research, sostenida por las trade unions británicas.

Entonces, ¿quién se lleva los millones perdidos del Sur? Se acumulan las evidencias que quien hace caja son las grandes corporaciones transnacionales. Basta recordar que las 10 primeras a nivel mundial mueven más dinero que la India y Brasil juntos. Hace poco, desde Eurodad, una red independiente de vigilancia sobre la deuda y el desarrollo, se detallaban los múltiples trucos que utilizan las transnacionales para hacer ingeniería contable y evadir impuestos tanto en el Sur como en el Norte. Una de los más productivos es el maquillaje de los números a base de transferir artificialmente cantidades importantes a filiales localizadas en estados o regiones con fiscalidad baja o casi inexistente. En otro extremo, se pueden inventar facturas de compra-venta falsas para evitar pagar impuestos. Así, se calcula que entre el 45 y el 50% de las transacciones internacionales están hinchadas en más de un 10% para aumentar el provecho gracias al diferencial fiscal entre unas regiones y otras del Planeta, siendo África el área donde esta manipulación contable alcanza su cenit.

Este desnivel de recaudación afecta muy especialmente al hemisferio sur. La razón es que mientras los estados de la OCDE (el club de los más ricos) tienden a mantener un nivel de impuestos equivalente al 35% del PIB, en los estados menos desarrollados suele ser mucho más bajo. En África subsahariana, por ejemplo, apenas representa el 18%. Así, al recaudar muchos menos impuestos de media que el Norte, el Sur sufre mucho más acusadamente la evasión fiscal de las corporaciones. Obviamente, el coste en desarrollo humano y en capacidad de alimentación suficiente para toda la población de este robo es enorme.
El punto clave, en este contexto, es que las corporaciones no actúan, en realidad, de manera "pirata" sino que no hacen más que utilizar una "patente de corso" otorgada por el régimen neoliberal. Como corsarios, pueden sortear las haciendas públicas del Sur y del Norte domiciliando buena parte de sus flujos financieros en un archipiélago de paraísos fiscales que tiene en la City de Londres y en Wall Street sus zulos más letales. Así, el 21% de las filiales de las 50 primeras transnacionales europeas están domiciliadas en paraísos fiscales. De las cien primeras compañías en la Bolsa de Londres, 98 tienen sociedades localizadas en el archipiélago corsario. Christian Chavagneux, redactor en jefe de la revista Économie Politique, avisa que la crisis financiera global ha exacerbado esta deriva parasitaria de las corporaciones hacia los paraísos fiscales. Mientras los EE.UU. han visto reducir notablemente su atractivo como destinatario del ahorro mundial, estados canallas como Luxemburgo acaparan activos financieros equivalentes a 2.285 veces la riqueza nacional. Por tanto, si realmente queremos ayudar a eliminar rápidamente el hambre en el mundo y hacer que haya justicia social entre el Norte y el Sur, se impone poner en primer lugar de la agenda social y política el fin de los paraísos fiscales. Con el fin de abolir los "derechos" neoliberales de corsarismo en favor de corporaciones como UBS, Repsol o Sol Meliá, la prioridad es eliminar el secretismo, exigir la transparencia financiera de las corporaciones, haciendo que todo el mundo sepa qué declaran en todos los países en los que operan directamente y a través de sus filiales. Entre las buenas noticias de los últimos tiempos, sin duda está la vertebración de una cada vez más visible y poderosa coalición mundial de organizaciones sociales independientes a favor de eliminar los paraísos fiscales para ayudar a las poblaciones humanas más vulnerables. En un contexto mundial tan potencialmente apocalíptico, establecer este tipo de conexiones y coaliciones es la mejor semilla para la esperanza.

[Joan Buades es miembro de Alba Sud]
Mientras Tanto

domingo, 1 de julio de 2012

Términos de la discusión ecológica actual

La Río+20 ha provocado una amplia discusión sobre cuestiones ecológicas. Como no todos entienden los términos técnicos de la temática, publicamos aquí un artículo del ecologista más conocido del Estado de Río, Arthur Soffiati, de Campos de Goytacazes, RJ, fundador del Centro Norte Fluminense para la Conservación de la Naturaleza, publicado el 14 de mayo de 2012 en la Folha da Manhã de esa ciudad. Estas son las palabras principales: Ecodesarrollo sostenible, economía verde, huella ecológica, antropoceno.
 
Hace cerca de 11 mil años, la temperatura de la Tierra comenzó a aumentar de modo natural, ocasionando el derretimiento progresivo de la última gran glaciación. Gran parte del agua, al pasar del estado sólido al líquido, elevó el nivel de los mares, separó tierras de los continentes, formó islas, incentivó la formación de bosques y de otros ambientes. Los científicos dieron a esta nueva fase el nombre de Holoceno.
 
En estos últimos 11 mil años de los Homínidos solo quedó el Homo sapiens, que se volvió soberano en todo en planeta. Con un cerebro bien desarrollado, fue desafiado por las nuevas condiciones climáticas y domesticó plantas y animales, inventó la actividad agropecuaria, creó tecnología para pulir la piedra, inventó la rueda, el telar y la metalurgia. Después, creó ciudades, imperios, represas, drenajes e irrigación. Varias civilizaciones sobrepasaron los límites de los ecosistemas en los que se levantaron, generando crisis ambientales que contribuyeron a su fin.
 
Entra, entonces, el concepto de huella ecológica. Se refiere al grado de impacto ecológico producido por un individuo, una actividad, una economía, una sociedad. La huella ecológica de la civilizaciones anteriores a la civilización occidental tuvo siempre un carácter regional, siendo reversible en ocasiones y en otras no. Occidente fue la civilización que calzó las botas más pesadas conocidas hasta el momento. El peso comenzó con el capitalismo, que transformó el mundo.
 
A partir del siglo XV, la civilización occidental (léase europea) pasó a imprimir marcas profundas con la expansión marítima. Impuso su cultura a otras áreas del planeta. El mundo fue occidentalizado y pasó también a pisar fuerte en el ambiente.
 
Vino, entonces, otra gran transformación con la revolución industrial, cuyo origen se localiza en la Inglaterra del siglo XVIII, y que se extendió por el mundo dividiéndolo en países industrializados y países exportadores de materias primas. A partir de ella, empieza a crearse otra realidad planetaria, con emisiones de gases causantes del calentamiento, devastación de bosques y selvas, empobrecimiento de la biodiversidad, uso indebido del suelo, fuerte urbanización, alteraciones profundas en los ciclos de nitrógeno y fósforo, contaminación del agua dulce, adelgazamiento de la capa de ozono y extracción excesiva de recursos naturales no renovables, que, a su vez, producen cantidades inauditas de basura.
 
Los científicos están demostrando que dentro del Holoceno (holos = entero + koinos = nuevo), la acción humana colectiva en el capitalismo y en el socialismo ha provocado una crisis ambiental sin precedentes en la historia de la Tierra porque ha sido generada por una sola especie. Han denominado al periodo pos-revolución industrial del siglo XVIII, Antropoceno, o sea, una fase geológica construida por la acción colectiva del ser humano (antropos = hombre + koinos = nuevo).
 
En función de esta gran crisis o de esta nueva época la Organización de las Naciones Unidas viene promoviendo grandes conferencias internacionales, como las Conferencias de Estocolmo (1972), Río-92 y ahora la de Río+20. El objetivo es resolver los problemas del Antropoceno, sea conciliando desarrollo económico y protección del ambiente, sea buscando otras formas de desarrollo. La Río-92 adoptó la fórmula de desarrollo sostenible, que ha ido adquiriendo distintos sentidos, inclusive antagónicos al original.
 
La Conferencia Río+20 pretende colocar en pie de igualdad las dimensiones ambiental, social y económica. La palabra mágica, ahora, es economía verde, cuyo contenido no está claro. Se supone que, como mínimo, signifique la sustitución progresiva de fuentes de energía carbono-intensivas por fuentes renovables de energía, así como la sustitución de recursos no renovables por renovables.
 
La Río+20 mostró que los países industrializados no quieren abdicar de su posición; los países emergentes quieren alcanzar a los industrializados, y los países pobres quieren ser emergentes. Mientras no exista entendimiento acerca de los límites del planeta, es inútil pensar en justicia social y desarrollo económico. Por consiguiente, el ambiente es más importante que lo social y lo económico, ya que sin él no se puede encontrar solución para los otros dos. Por otro lado, el concepto de ecodesarrollo parece ser el más correcto como táctica y estrategia.
 
- Leonardo Boff es Teólogo / Filósofo
Fuente: http://servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=494 
http://alainet.org/active/56082